1 Corintios 3:7 ¨ Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento¨.
Padre Adorado, edifica nuestra fe, pues por la fe en tu hijo Jesús, llegaremos a ti. Extiende tu bendición sobre este material para que sirva de semilla que contribuya a transformarse en planta dadora de frutos, cautivando los corazones de las personas que hoy nos nutrimos de tu enseñanza.
La persona que realmente tiene una creencia firme en Dios, está obrando con el objetivo de agradar al Señor, siempre actuará de la manera más adecuada posible, en todos los entornos. Sin embargo, siempre debe estar consciente de que la última palabra dentro de toda decisión, es la que Dios da. En ese sentido, conseguimos personas de conducta intachable, bondadosas, con una presencia agradable, pero que en ocasiones no consiguen resultados, se observan estancados, y el obstáculo es que no están dando el cien por ciento en su relación con nuestro padre celestial. Es posible, que estén cumpliendo fielmente con ciertos actos dentro de la comunidad cristiana. Solo que no hacen dentro de sus oraciones, una petición de satisfacción a todos los extremos necesarios, para la prosperidad de la actividad realizada. A lo largo de todos nuestros caminos encontramos colaboradores, cuando realizamos actos, más debemos tener presente que para que ellos prosperen necesitan ser puestos en manos de Dios y hechos en su nombre, para su gloria.
OREMOS:
Dios mío, Padre nuestro, tu que eres creador de todo lo que existe, lléname de tu sabiduría, para que los métodos usados, las medidas tomadas sean las indicadas. Dame tu bendición, para que cada acto que intente, negocio que emprenda, salida que busque, pueda conseguirla padre, para gloria de tu nombre.
Amen.
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