Eclesiastés 7:8 ¨ Mejor es el fin del negocio que su principio; mejor es el sufrido de espíritu que el altivo de espíritu.¨
Amados, que la paz del Señor este siempre con todos y seamos bendecidos. Feliz día, estamos para dar una buena noticia de inicio de estudio bíblico y es que hacemos votos para la prosperidad de todo nuestro prójimo, sus familias, por la presencia de Dios en sus vidas, que podamos obedecer sus mandatos.
En el año 2020, la casa se convirtió en el centro de toda la vida para las personas, el centro de la vida profesional, estudiantil, laboral, a causa de las medidas tomadas contra el COVID las personas debieron estar recluidas en sus hogares como medida de prevención, ese distanciamiento fue perjudicial para quienes utilizaron ese tiempo de manera errada. El texto de hoy nos trae muchas enseñanzas este es uno de los libros que contiene mas sabiduría del antiguo testamento y fue escrito para adicionar profundidad al principio de la obediencia y para corregir las generalizaciones superficiales acerca del real sentido de la vida, el nombre Eclesiastés es la versión griega y latina para la expresión hebraica CORRELEX termino que representa aquella sabiduría convocada en una asamblea siendo asi es un agente de comunicación, de la sabiduría divina, para entender bien ese consejo dado por Salomón vamos a recordar aquí la conocida historia bíblica sobre la llegada de Moisés a Egipto para liberar al pueblo del cautiverio, en el principio cuando Moisés llego las noticias eran buenas, todavía ese inicio no fue tan bueno porque al faraón descubrir las intenciones de Moisés el intensifico la carga de trabajo del pueblo haciéndolo sufrir más, en ese caso con toda certeza el final fue mejor que el comienzo, pues después de tanto sufrimiento inicial ellos fueron liberados finalmente, de acuerdo a esto el final siempre será mejor que el comienzo porque Dios puede traer para nuestras vidas su gracia, su perdón y su salvación, por eso hagamos de este tiempo un momento de confianza en Dios, un tiempo de superación, un tiempo de victoria.
OREMOS:
Padre de amor, muchas gracias por tu promesa, de que el final sera mejor que el comienzo, que podamos apegarnos a esa promesa, que podamos confiar en tu dirección y prepararnos para tu regreso. Peticiones que te hacemos en nombre de Jesús.
Amen.