12 de Febrero: Tiempo Eterno.

Eclesiastés 3:1 ¨Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. ¨

 

Feliz día, es un placer estar reunidos en este espacio para la meditación bíblica, que tanto contribuye a direccionar nuestros caminos y concientizarnos sobre la importancia de atender las cosas de lo alto y mantener comunión con Dios. Bendigamos la vida de nuestro prójimo compartiendo este mensaje por todos los medios posibles, recordando que el principal medio para compartir es dando un buen ejemplo de conducta apegada al mandato de Dios.

 

 

 

El tiempo es la esencia de nuestras vidas, por eso a lo largo de la historia muchos personajes, han querido entender el tiempo y explicarlo, indiferente a estas tentativas, el tiempo nunca para, y siempre vence los desafíos, pero el tiempo es la dimensión del universo, que permite la sucesión y la percepción de los acontecimientos, el tiempo no es solo lo que el reloj mide, o un concepto abstracto, en la perspectiva hebraica el tiempo es la vida, la secuencia de eventos, no abstracción. El rey Salomón saco el tiempo para filosofar que hay tiempo para cada propósito en la vida, su poema sobre el tiempo es una de las partes más importantes del libro Eclesiastés. Él dice: “Hay tiempo de nacer y tiempo de morir, tiempo de llorar y tiempo de reír, tiempo de esparcir y tiempo de juntar, tiempo de abrazar y tiempo de contenerse, tiempo de callar y tiempo de hablar, tiempo de amar y tiempo de odiar, tiempo de guerrear y tiempo de vivir en paz, tiempo de reflexionar y tiempo de actuar, tiempo de ejercitarse y tiempo de descansar, tiempo de animar y tiempo de ser animado, tiempo de liderar y tiempo de seguir, hay tiempo para todo propósito debajo del cielo”. Hoy nosotros tenemos los mas increíbles instrumentos para medir el tiempo, pero a pesar de conseguir parar el reloj, no podemos detener el tiempo, pero podemos soñar con un tiempo sin fin, Dios coloco la eternidad en nuestros corazones, tenemos un sentido de eternidad, la capacidad de imaginar la vida a pesar de nuestro corto pasaje por la tierra, no somos inmortales ahora pero lo podremos ser un día, porque nuestro Dios, es un Dios del tiempo y la eternidad, atendamos y creamos en la palabra de Cristo para que tengamos vida eterna. Dios nos bendecirá.

 

 

OREMOS:

Padre Amado, felices venimos hoy a ti, porque tenemos la garantía de que si atendemos a tus enseñanzas y hacemos tu voluntad tendremos vida eterna. Gracias por esta bendición, apóyanos siempre. Así pedimos en nombre de Jesucristo.

Amén

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