103. Feliz el que ejerce misericordia.

Mateo 5:7 ¨ Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.¨

 

La paz del Señor sea con todos. En este día especial, todos somos felicitados, por la continuidad y perseverancia que mostramos andando en el rumbo hacia la salvación, sin duda nuestro Dios se agrada al ver que estamos actuando conforme a su voluntad. Y mantener un continuo estudio de su palabra, es un elemento motivador para ejercer las actividades relacionadas a las prácticas cristianas. Evangelicemos compartiendo este material con el prójimo por todos los medios posibles.

 

 

 

 

¿Ya percibimos que la misericordia del Señor, nos alcanza antes de despertar?. Es así, porque todas las veces que despertamos recibimos una misericordia de un Dios que escogió amarnos de la manera que somos, es interesante observar en este pequeño verso proferido en el sermón de la montaña, que todos precisamos actuar cuidadosamente con los otros, porque nosotros requerimos de la misericordia de Dios, y de las personas, en verdad la misericordia va mucho más allá de un ser humano para con otro, requerimos cuidar de los animales, de las plantas, de las personas en general y todo a nuestro alrededor, la pregunta que nace de todo esto es: ¿Cómo es que podemos ser misericordiosos?. La respuesta es simple, hablando del amor de Dios a las otras personas, presentando una palabra consoladora o de esperanza, una sonrisa, expresar un cumplido o elogio, dar un tratamiento respetuoso y agradable, agradecer y pedir las cosas por favor,  eso forma parte del plan de Dios, podemos y debemos amenizar la vida de nuestro prójimo de la manera indicada. Podemos comenzar desde ahora a ejercer misericordia para con los demás, decidamos desde ya, tener una mejor conducta, hacer el bien siempre, es preferible fallar siendo misericordioso, de que fallar intentando ser justo, sin duda optemos por la opción de ser misericordiosos, si fallamos no importa porque actuamos como Jesús actuaría, siendo bondadosos. Todos los días estamos meditando en la palabra de Dios, y cuando nos aproximamos a él, somos más misericordiosos, pues él es la fuente de misericordia y su misericordia alcanza a todas las criaturas. Seamos misericordiosos y sin duda seremos felices.

 

 

 

OREMOS:

 

Padre Amado, gracias por alegrarnos el día todos los días, valoramos tu dedicación en operar una transformación en nuestra personalidad y hacernos más misericordiosos, queremos agradarte y cumplir tus disposiciones. Apóyanos siempre. Así pedimos en nombre de Jesucristo.

 

Amén

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