Salmos 65:2 “ Tú oyes la oración;
A ti vendrá toda carne.”
Amados, que el Señor nos bendiga y su paz este con todos. La diaria interacción con la palabra de Dios nos conduce a tener mejores posturas ante la vida, porque la fe nos aporta calma y tranquilidad, permitiéndonos mostrar una gran confianza a Dios. Este tipo de materiales sin duda bendicen en abundancia, y ahora es nuestra oportunidad de participar en la extensión de esta cadena de bendición, compartamos el mensaje y lleguemos a mas personas y lugares.
El señor declara que es honrado por aquellos a los que a el se allegan y los que le sirven firmemente, la palabra de Dios nos enseña que el brazo de Dios esta extendido para conducirnos adelante, avancen dice el Señor, yo voy a socorrerles siempre, entonces invoquen a Dios todos los que están con tribulación o siendo maltratados, pues delante de Dios no hay ninguna oración sincera que se pierda, el texto nos enseña que Dios oye el clamor del mas frágil ser humano, por eso debemos derramar nuestro deseo y nuestro corazón en la oración, y mientras seguimos nuestro camino en nuestras actividades cotidianas, nuestras oraciones silenciosas alcanzan el trono celestial, nuestras oraciones pueden no ser audibles a los oídos humanos, pero no mueren en el silencio ni se pierden en el tumulto de los quehaceres diarios, nada puede sofocar el grito de socorro del pecador que con fe busca el auxilio de Dios, los colores celestiales se lanzan a los lugares mas oscuros con el fin de que el corazón del justo pueda ser aliviado y su oración atendida, ¿Nosotros nos sentimos tan mal que no confiamos en promesas humanas?, en todos los casos entreguemos nuestra vida a Cristo, confiemos en Dios, porque el tiene el poder de traer solución para cualquier problema, por eso no debemos desanimarnos ante la tentación de la prueba, antes debemos perseverar en oración, no desistamos de orar, pues toda oración sincera llegara al trono celestial y Dios vendrá en socorro al aflicto, no esperemos para mañana, comencemos hoy mismo a buscar la salvaguarda en los brazos de quien verdaderamente puede cuidarnos bien.
OREMOS:
Padre de amor, gracias por tu promesa hoy de que oyes nuestras oraciones, danos la fuerza para hacer de la oración un habito diario, y colocar delante de ti todos nuestros pedidos, y darte nuestros agradecimientos, rogamos que atiendas nuestras oraciones, y sea un alivio en nuestras cargas en todo momento. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen