Lucas 15:6 “y al llegar a casa reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: “Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido.”
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz día, Con mucho placer iniciamos este día, llenos de alegría para estudiar su palabra y de ese modo mejorar en el camino a la salvación, compartamos este material, pues así bendecimos a otros, y cuando bendecimos, obtenemos bendición.
Este versículo, forma parte de un cumulo de 6 versos, que relatan una historia sobre las personas que desconocen el amor de Jesús, la historia de la oveja perdida, registrada en estos textos bíblicos forma parte de un conjunto de tres parábolas, contadas por el Señor Jesucristo, con el objetivo de refutar las críticas de que el recibía pecadores, el termino pecadores es utilizado 13 veces en el libro de Lucas, y siempre con el mismo significado, los transgresores de la ley, de la ley de Dios, los adúlteros, las prostitutas, los publicanos que eran los cobradores de impuestos, los marginalizados y la escoria de la sociedad. En el antiguo oriente, comer con alguien era señal de respeto, especialmente si se tratase de líderes espirituales, Jesús se reunía a comer con los marginalizados, a Dios le importan los perdidos, percibir que una oveja entre cien está faltando, es algo admirable, es necesario conocer todo el rebaño y dejar a noventa y nueve ovejas resguardadas, para buscar a la oveja que falta, eso puede parecer extravagante, las tres parábolas contenidas en el libro de Lucas contemplan tres modos de ver el amor divino, nosotros vemos en esas parábolas una graduación, primero Jesús habla de una oveja en cien, lo que representa al 1%, después el nos habla de una moneda en diez, eso representa un diez por ciento, y después nos habla de un hijo que se apartó en dos, eso representa el 50%, pero aquí no importa el porcentaje, lo importante es que Dios va en búsqueda de los perdidos y hace fiesta para celebrar el rescate. Dios tiene placer en buscar y encontrar a todos los perdidos, y traerlos para junto de si, alabado sea el Señor por eso, en el evangelio bíblico, todo pecador es amado, y todo pecado es odiado. Jesús se juntaba con los pecadores para salvarlos, Cristo los influenciaba a cambiar. Señor ayúdanos y transfórmanos.
OREMOS:
Querido Padre, escucha nuestro clamor, necesitamos de ti en este tiempo tan delicado, donde se nos hace necesario poder cambiar nuestras conductas para ajustarlas al cumplimiento de tu voluntad, porque queremos ser siervos merecedores de tus dadivas de bendición. Apóyanos siempre. Pedidos que hacemos en nombre de Jesús.
Amen