08 de Agosto: Fallecimiento de José

Éxodo 1:6 “Y murió José, y todos sus hermanos, y toda aquella generación.  “

 

 

 

 

 

 

Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, bendito sea el nombre del Señor, porque el Señor es bueno y su misericordia dura para siempre, aprendamos a controlar nuestras reacciones ante todos los acontecimiento, practiquemos la aceptación de las circunstancias y seamos flexibles para adaptarnos en vistas a salir adelante, todo esta bajo control de Dios y lo que ocurre, sucede para nuestro bienestar, quizá inmediatamente no se perciba eso, quizá se sienta alguna incomodidad, pero recordemos que ese es el preludio de una victoria total, tengamos fe y continuemos avanzando.

 

 

Podemos estar felices en la vida por nuestros éxitos y realizaciones, o quizá no. Porque en este mundo transitamos entre alegrías y tristezas, logros y frustraciones, si el momento esta difícil, confiemos en el Señor, porque la crisis va a pasar, y después de la noche oscura la mañana llegara y el sol iluminara todo el lugar. Este versículo de hoy nos habla de la muerte, y la muerte es una cosa mala y nosotros no fuimos creados para muerte sino para vida, es por eso que esas palabras nos parecen difíciles y duras, pero sepamos que así como José murió, también moriremos algún día, es solo cuestión de tiempo, pero creamos en esto, ni la muerte puede separarnos del amor de Dios que está en Cristo Jesús nuestro Salvador, pero hasta que un día estemos con el Señor, la muerte es cierta, ese José del que hablamos es aquel joven que con diecisiete años fue vendido por los hermanos porque le tenían envidia, y el se convirtió en esclavo en Egipto, pero de esclavo paso a ser gobernador, porque el era fiel a Dios, vivió ciento diez años pero murió, sus hermanos que eran muchos también murieron, aquella generación toda murió, porque todo el mundo muere, y cuando una persona muere justamente con su cuerpo sepulta su nombre, así las personas que mueren son olvidadas, es solo cuestión de tiempo, y además cuando el tiempo va pasando y el ser humano se va tornando más frio, más insensible, vamos olvidando a nuestros muertos, cuando una persona muere su nombre junto a su cuerpo es sepultado, pero hay un consuelo para no asustarnos, todo el mundo podrá olvidarse de nosotros, y si acaso Cristo no regrese aun en nuestros días, moriremos y seremos olvidados por los hombres, pero no por Dios, porque cuando nos convertimos al Señor y andamos con fidelidad en sus caminos, nuestro nombre no es apenas registrado en el libro de la vida, nuestro nombre esta marcado en el corazón de Dios. No tengamos miedo a la muerte, andemos confiantes en Dios, pues en el hay vida eterna.

 

 

OREMOS:

 

Padre querido, gracias por la certeza de salvación en Jesucristo, ayúdanos a seguir avanzando en el camino a la salvación, permítenos seguir cumpliendo tu voluntad. Es nuestra oración hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.

 

Amen.

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