07 de Diciembre: La vid verdadera

Juan 15:1-3  ¨Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.¨

 

Amados, es bonito reflexionar diariamente en la palabra bíblica, porque ello nos direcciona a realizar mejores acciones para cumplir la voluntad de Dios, tener una mejor vida y agradar al Padre Celestial, todas estas son cosas importantes, pero hay algo que no debemos olvidar, se trata de compartir este material, para llegar a más personas y lugares, para que así mas almas lleguen a los caminos de Salvación.

 

 

Jesús se presenta aquí como la vid verdadera, es que en el antiguo testamento, especialmente en el salmo 80:8, Israel es comparado a una vid, que Dios saco de Egipto y planto en Canaán, pero Jesús viene ahora a decir ¨Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador¨, el padre es el agricultor que acompaña todo el proceso, el labrador celestial, y Jesús continua, diciendo: ¨Todo ramo, que estando en mí y no de fruto lo quitara, pero el que de fruto, lo limpiara para que siga dando frutos¨, esa idea que muchas personas tienen según la cual, cuando alguien se convierte a Cristo nunca más puede perderse, es una idea equivocada, es preciso permanecer en Cristo, para permanecer salvo, si cortamos nuestra conexión con Cristo nos perderemos, así como el ramo que es separado del tronco, el no produce más, el muere, porque el Padre Celestial hace la poda, y las tijeras para hacer esa poda, es la palabra de Dios, que es la espada del Espíritu, este es el instrumento usado por Dios para podar, para hacer que sus hijos maduren, crezcan, produzcan, para que se fortalezcan en la vida cristiana, y Cristo dice que estamos limpios por causa de la palabra que nos ha revelado, así que teniendo esta preparación, solo debemos ponerla en práctica y hacer realidad la voluntad de Dios en nuestras vidas, para ser bendecidos abundantemente. Pensemos esto durante el día de hoy.

 

 

 

OREMOS:

 

Padre Amado, gracias por instruirnos con tu dulce palabra, por recordarnos cada día que debemos proceder conforme a tu voluntad, para ser mejores siervos, y, agradarte. Favorécenos siempre. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo.

 

Amén

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