1 Corintios 8:2 ¨Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo.¨
Padre Adorado, edifica nuestra fe, pues por la fe en tu hijo Jesús, llegaremos a ti. Extiende tu bendición sobre este material para que sirva de semilla que contribuya a transformarse en planta dadora de frutos, cautivando los corazones de las personas que hoy nos nutrimos de tu enseñanza.
Amados, que la paz del Señor esté con todos y seamos siempre bendecidos. Todo saldrá bien hoy, porque Dios sabe que cuando desde tempranas horas empezamos a tenerle en cuenta en nuestras vidas, a poner en sus manos nuestros planes, a trabajar nuestra relación con él, él nos trae recompensas grandiosas. Este texto es ideal para expresarse un poco sobre la arrogancia intelectual, dejando en principio claro que es de necios juzgar cuando se carecen de condiciones para ello, solo con las palabras que siguen se pretende cambiar algunas perspectivas que surgen en el ser humano. A veces alguien se para frente a un auditorio lleno de personas, hace una intervención magistral, da un buen discurso y por decir unas cuantas palabras acertadas, ya se considera el mejor o el más sabio en esa materia. Algo similar ocurre cuando un individuo lee un libro sobre algún tema, una vez termina el libro se considera un especialista o un PHD en el área. Debemos detener esa arrogancia, ya que no es buena, realmente es destructiva. Muchas veces, logramos presenciar milagros, sanaciones, en casos donde la ciencia o los especialistas decían que ya no había esperanzas, y sin embargo ocurren manifestaciones por medio de hechos donde Dios expresa que él es quien tiene la palabra final. Así seamos especialistas en un área, con estudios variados, debemos tener presente que solo poseemos una visión general más especificada que los demás sobre un tema determinado, pero que la última palabra la tiene Dios, porque después por causa de esa condición de arrogancia intelectual, pudiéramos conducir a personas al error y causar grandes daños. Seamos humildes intelectualmente, dependamos de Dios solo así podemos transformar la supuesta debilidad en fortaleza y mejorar constantemente como personas.
OREMOS:
Padre de amor, gracias por todas las bendiciones que nos otorgas constantemente y las que continuarás otorgandonos, permite que seamos más humildes intelectualmente, que podamos atender a tus mandatos y cumplir tu voluntad. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen