Hechos 8:26 “Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. “
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, que bueno es encontrarnos reunidos con la palabra de Dios, temprano como siempre, para sentir la agradable compañía de nuestro Creador, para contar con su favor incondicional que nos es ofrecido como motivador por hacer la voluntad de Dios. Compartamos este material, dando un buen ejemplo de conducta.
Felipe fue uno de los diáconos evangelista de la iglesia cristiana, Felipe estuvo evangelizando en Samaria expulsando demonios, curo paralíticos y cojos, en Samaria muchos creyeron y fueron bautizados, incluyendo a Simón que era un mago muy famoso en aquel lugar, y la biblia dice respecto al trabajo de Felipe, en Samaria diciendo que hubo una gran alegría en la ciudad ante la presencia de aquel hombre de Dios y su prédica, Felipe es más conocido como evangelista, que dio enseñanzas bíblicas a un etíope, el tesorero a quien el bautizo, hay un detalle en esta historia que se hace relevante para nuestra reflexión hoy. Felipe aprendió que antes del poder para obrar milagros en nombre de Dios, viene nuestra sumisión a Dios, el ángel del Señor ordeno a Felipe: ¨Disponte y anda¨, entonces Felipe, se levantó y anduvo, esa actitud del evangelista nos enseña que una de las características mas apreciada por Dios en sus siervos es la disposición humilde en obedecer inmediatamente las ordenes divinas, a veces pensamos que Dios exige nuestra perfección y capacitación, pero lo que realmente el espera de nosotros es que tengamos un corazón humilde, un corazón disponible a servirlo donde el desee, muchos se dicen cristianos pero ellos no quieren rendirse a Dios, ellos no quieren someterse a la voluntad de Dios, ellos no quieren someterse a las orientaciones de Dios, Felipe recibió la orden y él la cumplió con placer, para dejarnos el ejemplo de sumisión ante Dios, con certeza el amor al Padre fue el motivo de la respuesta de Felipe y así debe ser con todos los que somos llamados para servir a Dios, si nos gustaría entregar nuestras vidas a la sumisión a Dios para cumplir su voluntad, oremos, porque hay seguridad en obedecer a Dios, y el nos bendecirá.
OREMOS:
Padre querido, así como permitiste a Felipe tener un corazón receptivo a tus mandatos, permítenos a nosotros estar dispuestos a cumplir tu voluntad, a ser mejores siervos cada vez y a hacer las mejores cosas posibles para cumplir las tareas que nos encomiendes. Contribuye con nosotros siempre. Es nuestra oración hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.