2 Samuel 21:20 ¨ Después hubo otra guerra en Gat, donde había un hombre de gran estatura, el cual tenía doce dedos en las manos, y otros doce en los pies, veinticuatro por todos; y también era descendiente de los gigantes.¨
Amado que la paz del Señor este con todos y seamos siempre bendecidos. Hay personas que quieren ver la gloria, de hecho lo piden al Señor en clamor con fe, pero cuando son colocados en el proceso para alcanzarla y apenas llegan las pruebas, sienten algunas persecuciones, salen corriendo, deseando desistir sin ni siquiera haber empezado, cuando se levantan calumnias, cuando ocurren los problemas, las personas temen y no debería ser así debido a que por más tormentas que hayan, Dios siempre va a proteger a sus ungidos, el no dejara caído al justo, todo es cuestión de fe, no dejándonos llevar por pensamientos negativos, sino tener una visión puesta en Dios y todo lo que ocurra será para nuestro bien, porque estamos confiando en que la promesa del Señor se cumplirá.
En este versículo se menciona una batalla contra los filisteos descendientes de gigantes en la ciudad de Gat, allí había un hombre con cualidades sorprendentes, pero aunque el fuera gigante y representaría un problema hacerle frente, nos consumiría el miedo y los sentimientos de inferioridad, no tenemos que sentir nada de eso porque Dios nos otorga herramientas apropiadas para vencer, no existen imposibles para Dios, no existen problemas sin solución para él, realmente Dios cuando ampara a alguien y se compromete con el, su compromiso dura por siempre, le otorga herramientas suficientes para vencer, para mejorar, para llevar la palabra a todo lugar, para reflejar el amor que le es otórganos por Dios, lo interesante de todo es que evitemos tener dudas, miedo, angustia, inseguridades o cualquier sentimiento negativo, si nosotros estamos con Dios nada podrá con nosotros, esa es una promesa que el nos hizo y como todas las demás la va a cumplir. Solo tengamos fe, una de firme y no como una veleta que va de un lado a otro. Dios ha dado muestras de su compromiso con nosotros, esta es la hora de que nosotros le mostremos a él que estamos a su disposición también.
Padre adorado, tu compañía nos hace fuertes, gracias por permanecer con nosotros a pesar de los errores que alguna vez cometimos, reconocemos tu manera de obrar en nuestras vidas y queremos ponernos a tu disposición para hacer tu voluntad y ser siervos merecedores de tu gracia. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo por quien todo lo concedes.
Amen.