Jeremías 22:21 ¨Te he hablado en tus prosperidades, mas dijiste: No oiré. Este fue tu camino desde tu juventud, que nunca oíste mi voz. ¨
Padre, te damos gracias por la persona que ahora está atendiendo a la lectura de la palabra, y compartiendo en esta hora, la revelación que nos has hecho mediante el análisis de tus dictados. Permite también, que las ideas que integran el texto, promuevan maravillosamente la satisfacción de necesidades personales de alimento espiritual, que incentivan al cambio.
Amados, la palabra de Dios tiene poder para conducir nuestra vida hacia un mejor lugar, constituyendo la biblia ese pasaje que nos lleva hacia el camino de la excelencia. De acuerdo al versículo de hoy, aunque Dios nos ha hecho el llamado desde hace mucho tiempo, incluso en la bonanza, nosotros hemos huido de él, nos engañamos creyendo en que por el camino de Dios existe represión, cuando en realidad existe mayor libertad andando con obediencia a su voluntad, ignorando que una vida vacía se encuentra en mayor medida si permanecemos alejados de nuestro creador. Dios habla con nosotros en todos los momentos, pero nosotros al considerar que todo va bien, estando alejados de su voluntad rechazamos su llamado porque despreciamos su oferta de salvación, porque creemos que en el ámbito mundano podremos conseguir mayores beneficios, sin embargo, el tiempo va pasando y notamos que el hoyo que estamos cavando empieza a tener una profundidad mayor, la escapatoria se nos dificulta y es allí cuando volteamos a mirar al cielo en busca de nuestro Dios, siendo más provechoso poder iniciar nuestro camino a la salvación sin necesidad de caer en el precipicio del pecado con anterioridad. Dios desea que abramos nuestros corazones a él desde temprano, en nuestros mejores tiempos, y andaremos de victoria en victoria.
OREMOS:
Bendito seas Señor, creemos en la promesa según establece tu palabra, estamos persiguiendo una vida de salvación dentro tus caminos, líbranos del mal que causa la enseñanza errada, permite que jamás nos alejemos de tus caminos y nuestras obras sean agradables a ti en todo momento. Escucha nuestras suplicas y concédelas en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.
INTERACTUEMOS:
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