03 de Diciembre:  Se inclinó para oír

Salmos 40:1 ¨Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.¨

 

Amados, que Dios alcance nuestros corazones en este momento y que la buena obra que inició en nuestras vidas pueda ser completada. Se renuevan cada día las misericordias de Dios, así como también deberían renovarse nuestros deseos por estudia, meditar y orar sobre la palabra bíblica, vamos hoy a compartir este mensaje por todos los medios para llegar a mas lugares y direccionar a personas hacia los caminos de Dios.

 

 

A nadie le gusta esperar, simplemente es aburrido esperar en el banco para ser atendido, esperar en cualquier lugar, por cualquier cosa, naturalmente somos personas que no nos gusta esperar, queremos las cosas para ayer, es decir lo mas rápido posible, y cuando mas el tiempo pasa, cuando mas demora hay para que seamos atendidos mas nerviosos e impacientes nos sentimos, ahora cuando la espera se refiere a un pedido de oración tenemos que aguardar felices. En el texto de hoy encontramos al salmista describiendo la forma en que espero por una respuesta de Dios, ¨Espere confiadamente¨ y veamos que la situación usada para describir la causa de la aflicción era la de alguien que se encontraba preso y alocado en una cisterna fétida. Si alguna vez nos hemos sentido asi, como si estuviéremos alocados y amenazados, sepamos que el mismo Dios que se inclino para oir el pedido de socorro del salmista, va a inclinarse para oir nuestros pedidos, por eso clamemos a él, que con toda certeza, él va a parar con todo lo que esta haciendo y va a oírnos, rescatarnos y a traernos libertad, ahora hay una condición para que Dios nos oiga, tenemos que esperar confiadamente como lo hizo el salmista, coloquemos nuestra confianza en Dios, no confiemos en hombres, sino confiemos en nuestro Creador, porque Dios tiene solución para todos nuestros problemas.

 

 

OREMOS:

 

Padre de Amor, queremos hoy pedirte dirección, mejorar continuamente y cumplir tu voluntad de manera apropiada, contribuye con nosotros. Son las peticiones que, en nombre de Jesucristo, tu hijo hacemos en nombre de quien todo lo concedes.

 

Amen.

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