Salmos 1:1-3 ¨Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.¨
Amados, agradezcamos a Dios por este momento, poniendo atención a su palabra y aprovechando al máximo esta reflexión con el objetivo de alimentarnos de mejor manera de la enseñanza bíblica, con la cual Dios nos pretende ayudar para que tengamos una vida mas agradable. Compartamos este mensaje con nuestro prójimo.
Orar es mas que un monologo, cuando abrimos el corazón para Dios, el nos habla de alguna manera, su espíritu nos impresiona, en la carrera de estos tiempos la voz de Dios es apagada por la prisa diaria, pero el Salmista describe al justo, aquel que busca a Dios con sinceridad, como alguien que diariamente medita en la ley de Dios, medita en las obras de Dios, como parte de una significativa vida de oración, la meditación cristiana es diferente al misticismo oriental, pues, la meditación cristiana no es un intento de despejar la mente, sino de llenarla pensando en el amor, la ley, las buenas practicas, la voluntad de Dios, nosotros nos llenamos de Dios, de su presencia, en esos momentos de quietud, Dios se aproxima a nosotros, y nos capacita para vivir mejor, responder de buena manera a las situaciones que nos ocurran, y a ser pacientes, porque siempre vamos a vencer si caminamos de la mano de Dios, en todo momento el tiene los brazos abiertos, para abrazarnos, recibirnos, levantarnos y guiarnos a la bendición, Dios nos ama y trabaja por nuestro bienestar, precisamos cumplir con el, agradarle, obedecer a sus mandatos, la bendición llegara, seguro lo hará, si cumplimos con Dios.
OREMOS:
Padre amado, gracias por la enseñanza que nos otorgas, para que mejoremos nuestras vidas y cumplamos tu voluntad, ayúdanos a cumplir tu voluntad y ser mejores siervos cada vez. Peticiones que hacemos en nombre de Jesús.
Amen.