Juan 8:36 “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. “
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz día, cuando nos disponemos a abrir la Biblia para iniciar nuestras meditaciones diarias, es parecido a las oportunidades en que levantamos el teléfono para atender a una llamada, en este caso la llamada es de Dios y ahora mismo nos quiere dar una orientación para el mejor vivir, atendamos su llamado y consideremos cada detalle, estos consejos de nuestro Padre Celestial van a bendecirnos. Además para cumplir el mandato de amar al prójimo, vamos a compartir por todos los medios esta palabra bendecida, este mensaje de salvación.
El verso que estudiamos hoy es corto, pero contiene una gran enseñanza, donde Jesús, nos indica que si él nos libra, seremos verdaderamente libres del pecado, porque quien comete pecado es esclavo del pecado, pero Dios por su gracia permite que Jesús nos libere para que salgamos de la esclavitud, por tal motivo precisamos seguir y obedecer a Jesús para ser verdaderamente libres, la independencia del pecado solo es posible por la dependencia de Cristo, así libres del pecado, libres del egoísmo, estaremos verdaderamente libres del apego que es pasajero, de la idolatría, libres de los vicios, de los falsos conceptos, de las supersticiones, si creemos verdaderamente en Jesús estaremos libres del vacío interior, de la falta de propósito, de la soledad, del temor al futuro, del miedo a la muerte, por eso es que si Jesús nos liberta, seremos verdaderamente libres, libres del enemigo, libres de la fuerza del pecado, libres en Cristo, totalmente libres, no más esclavos, pero si hijos de Dios, que Dios nos bendiga y bendiga a nuestras familias, que podamos conocer al hijo de Dios verdaderamente, y que vivamos esa libertad que el hijo de Dios nos ofrece, y él nos da siempre que queramos, todo lo que precisamos hacer es abrirnos delante de Dios para que el esté en nuestras vidas, es rendirnos a él, pero no basta conocer la palabra de Dios, es preciso sujetarnos a ella, porque quien más conoce la palabra de Dios es el enemigo, el enemigo convivio con Dios, pero aunque el enemigo conoce la palabra de Dios, él no se rinde a Dios, por eso no es transformado, el decidió desobedecer, pero para nosotros es necesario someternos a la palabra de Dios, como dice Jesús: si él nos libra, seremos verdaderamente libres, pero es necesario rendirse y entregarse a los brazos de Cristo, Dios nos bendice, para vivir esa libertad diariamente.
OREMOS:
Querido Padre, por tu palabra te alabamos siempre, porque ella ilumina nuestros pasos en el camino a la salvación, ayúdanos para vivir esa entrega libertadora, queremos sobreponernos al pecado obedeciendo tu voluntad, aproximándonos a Cristo. Ayúdanos siempre. Es nuestra oración en nombre de Jesús.
Amen