Juan 17:3 “ Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.”
Padre nuestro, que tu gracia y tu paz nos alcance en todo momento, agradecidos estamos por este maravilloso día, la oportunidad especial de compartir tu palabra bendita siempre es valorada por nosotros, deseamos agradarte mediante alabanzas considerando este texto como símbolo para tu glorificación, instrumento con el cual se pretende contribuir a la evangelización de tu pueblo.
Amados, que la paz del Señor esté con todos y seamos siempre bendecidos. Nosotros debemos creer que el posible conocer a Dios, Cristo dice que si es posible, esto porque es una experiencia que alcanza para todos, tenemos acceso al conocimiento que Cristo pantea, todo comienza por la relación con Cristo y esa relación esa fidelidad exige obediencia y fidelidad a la ley del amor, esto es los Diez mandamientos de Dios, mientras tanto debemos guardar los mandamientos de Dios que son la referencia del amor, no es una condición para conocer a Dios, pero es una señal de que lo conocemos y lo amamos, así el conocimiento de Dios no es algo apenas teórico, pero conduce a la razón a una relación íntima con él, Jesús enfatizó, Si me amáis guardaréis mis mandamientos, aquí mismo el mandamiento de amar al prójimo no era nuevo en sí cuando Jesús lo presento, pues esa orden es encontrada en las instrucciones dadas por Dios a Moisés, lo nuevo es el mandamiento de Jesús a sus discípulos para que se amaran unos a los otros como él los amaba. El ejemplo del amor abnegado de Jesús es la nueva ética, para la comunidad cristiana, esto es maravilloso el cual fue establecido en la vida de Jesús siendo una demostración práctica del amor, toda la obra de la gracia es un servicio continuo de amor y esfuerzo, la vida de Cristo fue una manifestación de amor y desprendimiento por el bien de los otros, el principio que movio el corazon de Jesus debe ser ahora el mismo principio que mueve al nuestro, sería un hermoso testimonio poderoso por demás será ese amor para el mundo y traerá gran fuerza para la humanidad si ese amor estuviera entre nosotros, debemos revelar a los otros el amor que Jesús reveló a los discípulos mediante nuestros actos, servicios, de la manera de relacionarnos y actuar en todo momento.
OREMOS:
Padre amado, gracias por todas las bendiciones que nos otorgas y que continuarás otorgandonos, amar como el Señor amaba, coloca en nuestros corazones el amor divino por el Señor y por el prójimo. Contribuye con nosotros siempre. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amén.