Provérbios 29:11 ¨ El necio da rienda suelta a toda su ira, Mas el sabio al fin la sosiega.¨
Padre Amado, agradecemos por tu misericordia, por tu sabiduria y estos principios eternos que tienen el potencial de transformar vidas hacia un nivel mayor de bendicion, en esta hora llenos de gozo continuamos llevando tu palabra mediante esta via, con el objeto de agradarte y glorificarte, ademas buscamos ganar almas a tus caminos para hacer de este mundo un lugar mejor.
Amados, en el dia a dia existen diversas situaciones que como seres humanos nos afectan y ello es normal, pero ante esta posibilidad debemos responder apegados a los consejos e indicaciones que el padre en su palabra nos da cada vez. En el versiculo de hoy se plantea la real distincion entre un sabio y un necio, entre una persona obediente a los mandatos de Dios y otra que simplemente los ignora de manera total o parcial, sucede que el individuo que esta construyendo su casa sobre la roca de Jesus, aquel que tiene obediencia a los mandatos de Dios ha desarrollado durante el tiempo que se ha nutrido de la palabra de vida, una gran sabiduria que por medio de la fe en aquella promesa de que las cosas ocurriran en el tiempo previsto por Dios, esto los lleva a tener paciencia, calma en la tormeta, una paz interior inalterable, todo lo cual les induce a asumir de una manera mas apropiada los embates de la vida, en cambio quien es ignorante de la palabra de Dios, o quien cumple de manera parcial, al no poseer esta paz interior resultante de la fe en la promesa, van a actuar por sus propios medios, guiados por la ira, lo que los llevara a causar graves daños. Por estas razones, es conveniente que estemos siempre apegados al cumplimiento y obediencia de los mandatos de Dios, quien siempre quiere lo mejor para nosotros.
OREMOS:
Padre de bondad, ante todo proveenos de esa paz interior tan importante para asumir de manera correcta las situaciones de la vida, pedimos que siempre estes con nosotros, y agradecemos todas las bendiciones que nos otorgas a diario. Así pedimos, en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.