Isaias 21:4 ¨Se pasmó mi corazón, el horror me ha intimidado; la noche de mi deseo se me volvió en espanto.¨
Padre nuestro, que tu gracia y tu paz nos alcance en todo momento, agradecidos estamos por este maravilloso día, la oportunidad especial de compartir tu palabra bendita siempre es valorada por nosotros, deseamos agradarte mediante alabanzas considerando este texto como símbolo para tu glorificación, instrumento con el cual se pretende contribuir a la evangelización de tu pueblo.
Amados, ser cristiano implica formar parte de los seguidores de Jesús, lo que nos lleva lógicamente a actuar de manera similar a la del maestro de maestros. Él es el único camino que nos conduce al padre, por tanto tengamos presente el poder que nos otorga pedir la satisfacción de necesidades en nombre del hijo unigénito, Dios en piel humana, Emmanuel, el señor Jesús, porque cuando pronunciamos ese nombre afianzamos nuestro vínculo con el padre, repelimos los caminos errados y los ataques del enemigo, al repetir en el nombre de Jesús garantizamos la victoria para nuestros procederes. En el versículo que estudiamos hoy, se relata una profesia contra Babilonia donde se indica que ellos entrarían en desespero, posiblemente por algunas situaciones estemos sintiéndonos desesperados, angustiados, llenos de miedo, inseguros, pareciera que estuviéramos teniendo el síndrome de pánico en el cual de la nada entramos en miedo. Ahora bien, si estamos con Dios, siendo obedientes a sus mandatos, el nos cuidara, de igual modo hay que estar atento de lo que ocurre alrededor, tomar precaucions, pero lo cierto es que Dios va a proveernos protección adicional, teniendo esto en cuenta el miedo o ese síndrome de pánico, es irracional. En el caso de Babilonia, ellos no tenían un Dios, pero nosotros si, por tal motivo debemos clamar a él incesantemente para pedir dirección, orientación divina en los proyectos que llevemos a cabo, seguramente el va a traernos paz, calma y tranquilidad. Tener una vida equilibrada, dormir mejor, Dios puede ayudarnos y hasta resolvernos eso, dejemos de temer pues el Omnipotente Dios nos cuida.
OREMOS:
Padre adorado, las fuentes de nuestros temores son diversas, ayudanos a estar calmos, tranquilos, en paz, cúbrenos con tu protección y orientanos apara estar alejados del mal. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen