15/05/2017
Antiguamente cuando los romanos conquistaban ciudades, ellos entraban altivos mientras toda la multitud los homenajeaba, y encontraste a sus ínfulas de grandeza, tenían atrás a algún esclavo que les recordaba que ellos eran mortales, para que supieran que la altivez en demasía era nociva. A este efecto, en la segunda carta a los corintios, el apóstol pablo expone su idea así:
2 Corintios 12:7 ¨ Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;¨
Así pues, aunque en ocasiones durante nuestra caminata por las sendas de salvación, Dios permita ciertas espinas que causan incomodidad, estos pequeños obstáculos existen para que conservemos la humildad, esto ocurre cuando estamos alcanzando la gracia, que las cosas van saliendo bien y de pronto descubrimos que alguien está por lo menos hablando mal de nosotros, ocurre una enfermedad o caemos en un problema financiero, para hacernos despertar, para hacernos entender que aun somos humanos. Posiblemente alguno de nosotros estemos viviendo humillación en algún área de nuestra vida, mientras en otras estamos prosperando y siendo bendecidos, pero la importancia de esa área que estamos menos beneficiados es para recordarnos que aun somos una humanos, que debemos estar sin orgullo ni altivez, que la gracia viene de Dios y el resolverá todo, a su tiempo.
INTERACTUEMOS:
Como bien nos orienta la palabra contenida en HEBREOS 13:16, en la cual se resume que: si hacemos el bien, compartimos y mutuamente nos ayudamos estaremos agradando a Dios en gran medida, además de COMPARTIR esta palabra con la que Dios nos bendice en esta oportunidad, intercambiemos en los comentarios sobre lo siguiente:
¿De qué manera le ha tocado el alma este material en su vida personal?