Mateo 13:3-9 “Y les habló muchas cosas en parábolas, diciendo: «El sembrador salió a sembrar; y al sembrar, parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en pedregales donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó porque no tenía profundidad de tierra; pero cuando salió el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron. Y otra parte cayó en tierra buena y dio* fruto, algunas semillas a ciento por uno, otras a sesenta y otras a treinta. El que tiene oídos, que oiga».”
Amados, que la Paz de Dios sea con todos. Estemos contentos, porque tenemos esta nueva oportunidad para seguir conociendo sobre la palabra del Padre Celestial, y, lo maravilloso es que podemos cumplir su voluntad para ser mejores siervos, y, extender cada vez más, un mensaje esperanzador, animador, y, poderoso en todo sentido, con nuestro prójimo. Compartamos este mensaje para bendecir las vidas de los demás, y, expandir el amor sin límites.
El texto bíblico de hoy, es la parábola del sembrador, pero también es llamada la parábola de los suelos, porque el objetivo de la parábola es mostrar realmente, los diferentes tipos de suelos, que indican las diferentes reacciones de las personas, cuando reciben el evangelio, en resumen la parábola cuenta la historia de un sembrador, que salió por la mañana para sembrar, al lanzar las semillas al suelo, estas cayeron en diferentes tipos de suelos, algunas cayeron en el camino, y, los pájaros se las comieron, otras semillas cayeron en las piedras, otras semillas cayeron entre las espinas que crecieron pero como tenían mucha raíz murieron, y, otras semillas en lugares fértiles, donde produjeron buenos frutos. Ahora bien, ¿Qué quería decir Jesús con esa parábola?. Si pensamos juntos, la semilla es la propia palabra de Dios, los diferentes terrenos, son los corazones de aquellos que reciben la semilla, y, ahora los tipos de suelo, primero: las semillas en el camino, en el mundo de hoy, podemos compararlas a aquellas personas que oyen la palabra de Dios, pero no se detienen a analizar lo que quiere decir la palabra, y, así como los pájaros, las distracciones de este mundo, los llevan para otros caminos. Las semillas que cayeron en las piedras y espinas, las podemos comparar a las personas que están abiertas, a oír la voz de Dios, pero solo hasta cierto punto, el corazón de ellas esta endurecido por las tentaciones de este mundo, y, consecuentemente, la semilla no produce, el objetivo no es alcanzado, pero las semillas que cayeron en suelo fértil, esas son las únicas semillas que prosperan, representando a aquellos que oyen la palabra de Dios, y, se comprometen con ella, la comprenden y procuran vivirla dando frutos abundantes, ese relato no es apenas una lección sobre receptividad, es también un llamado para examinar nuestros corazones, ¿Cómo estamos recibiendo la palabra de Dios?. La palabra de Dios debe estar lanzando raíces profundas en nuestras vidas, en ningún momento debe ser sofocada por las preocupaciones y cuidados del mundo, pidamos a Dios que esa parábola llena de sabiduría, contada por Jesús, sea una orientación segura para nuestras vidas, que en este día, podamos ser la buena tierra, el suelo fértil, no solo escuchando la palabra, sino poniéndola en práctica, y, así vivir de forma fructífera, abundante, para nuestra felicidad, para que nuestra vida sea ejemplo para nuestros semejantes, y, para que por medio de nosotros el nombre del Señor sea exaltado.
OREMOS:
Padre Amado, continua tu obra en nosotros, convierte nuestros corazones en tierra fértil para recibir tu semilla, que esta semilla germine y produzca frutos interesantes, con los cuales podamos glorificarte, y, demostrar tu presencia en nuestras vidas, para conducir al prójimo, al camino correcto. Colabora con nosotros. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen