Isaías 21:4 ¨Se pasmó mi corazón, el horror me ha intimidado; la noche de mi deseo se me volvió en espanto.¨
Padre Amado, una vez más te damos gracias por la persona que ahora está atendiendo a la lectura de la palabra, y compartiendo en esta hora, la revelación que nos has hecho mediante el análisis de tus dictados. Permite también, que las ideas que integran el texto, promuevan maravillosamente la satisfacción de necesidades personales de alimento espiritual, que incentivan al cambio.
Amados, a veces la mala administración de nuestros anhelos tiende a convertirse en nuestro mayor obstáculo, pues todos podemos desear pero al caer en cuenta que contamos con recursos limitados para satisfacer necesidades ilimitadas, entonces nos desesperamos y tendemos a forzar las situaciones con una agresividad tal, que puede conducirnos a un abismo o llevarnos al extremo de la inactividad, la cual se convierte en una entidad destructiva de los objetivos de vida. El versículo bajo estudio, más allá de indicarnos la existencia de esta situación, en su contexto nos invita a vigilar cuidadosamente de crearnos anhelos, deseos y expectativas irreales sobre condiciones de la realidad, y tomar aquellas posturas que se encuentren ajustadas a nuestra cualidad para evitar sufrir decepciones que puedan obstaculizar nuestro camino por el buen andar de la obra de Dios, donde todas nuestras acciones deben estar sometidas a la voluntad del padre procurando agradarle en cada una de ellas. 
OREMOS:
Señor nuestro, tranquilidad y calma en todo momento, principalmente en el tiempo de tribulación, gracias por la garantía que nos dejas para saber que la bendición llegara cuando obramos conforme a tus mandatos, ayúdanos a ser realmente tenedores de un intenso amor que rebose sobre los limites comunes, para que de esa manera el mundo perciba que tú has tomado el control de nuestras vidas, perfeccionándonos continuamente. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen
INTERACTUEMOS:
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