Hebreos 13:4 ¨Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.¨
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, Dios ha cambiado nuestra vidas de un modo especial, por amor él nos salvó y lo seguirá haciendo, confiemos. Cumplamos con sus mandatos y demostremos obediencia a su ley. Difundamos este material.
Eva fue el encanto de Adán, pero ella no fue siempre perfecta, sabemos que ella fue quien pecó primero, pero con todo y eso Adán no le pidió a Dios para divorciarse de ella, al contrario él amó a su compañera cada vez más, así como Eva, la mujer de hoy también tiene la necesidad de ser amada, protegida, apreciada, valorada, inclusive con posibles defectos, se cuenta la historia de una mujer que nunca había oído del esposo una palabra de amor y aprecio, él pensaba que eso era tontería, y cuando algo no salía bien, sus palabras salían como púas envenenadas, golpeando en lleno el corazón de la esposa, una día ella quedó bastante enferma y fue llevada al hospital, todo lo que los médicos podían hacer fue hecho, ella empeoraba cada vez más, el esposo fue llamado de prisa porque la esposa podía morir de pronto, cuando él llego al hospital y vio el estado en que la esposa se encontraba, él dijo angustiado ¨No puedes morir, eres todo para mí, yo necesito mucho de ti¨, y ella respondió así: ¨¿Por qué me dices eso ahora?¨, esa declaración del esposo fue para la esposa como un energizante, o elixir milagroso, un remedio bendecido y poco a poco la mujer fue mejorando, ella recobro la salud, ella al principio estaba muriendo por la falta de esas palabras de amor. Por alguno de los motivos fútiles, las parejas se dicen: ¨No quiero vivir más contigo, me voy a vivir mi vida¨, pero en esta ecuación, ¿Cómo quedan los hijos?. Los conyugues cristianos, deben considerar ¿Cómo quedarán los hijos cuando ocurren esas discusiones?, los hijos no pidieron para nacer, esa fue la elección de los padres, entonces los hijos se ven en el valle de la decepción y el desespero, al ser privados de la vida del hogar, es bueno cuando se superan estas disputas, porque los padres desarrollan un espíritu de reconciliación y dialogo, no ocurren las separaciones, y si no hay separaciones él mundo sería mucho mejor, que Dios nos bendiga. No desistamos de nuestro hogar, de nuestras familias, no desistamos de la unión. El problema es que muchas veces las personas no valoran el matrimonio como a una bendición de Dios.
OREMOS
Amado Padre, estamos ahora en tus manos y te pedimos ahora que nos ayudes a mejorar nuestras vidas conyugales, familiares y que tu bendición nos inunde, cambiando de agua para vino, todas las situaciones que estén dañando el vínculo de unión familiar, que por tu gracia deseamos que sea restaurado. Ayúdanos siempre. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo.
Amen.