Juan 8:50 “Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca, y juzga. “
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, ahora aquí, hay un poco más del alimento celestial, de la palabra de Dios, vamos a consumirlo con mucha alegría en nuestros corazones y un deseo vehemente de mejorar nuestras conductas en todo sentido, la idea es la de convertirnos en siervos agradables para nuestro Padre Celestial, quien constantemente nos observa y se siente feliz cuando nota que cumplimos con amor su voluntad. Actuar de la manera indicada, nos encamina en el rumbo de la salvación, progresemos en ese camino.
Estas palabras contenidas en el versículo fueron pronunciadas por Cristo, Jesús vino a este mundo para glorificar al Padre. Hay otro texto maravilloso, palabras de Cristo también, que ocurre cuando Jesús estaba orando con sus discípulos y por sus discípulos, pocos momentos antes de ser preso, juzgado injustamente y condenado a muerte, eso está en Juan 17, donde Jesús hace la llamada oración sacerdotal, y en un momento dentro de esa oración, donde Jesús dice: ¨ Padre yo te glorifique en la tierra, realizando la obra que me diste para hacer¨, entonces, Jesús vino a este mundo para glorificar al padre, por eso es que el dice: ¨Yo no busco mi propia gloria¨. Algunos pensamos que el objetivo de la vida es ser feliz, pero no esta correcto del todo, porque el verdadero objetivo de la vida es ser feliz glorificando a Dios, lo importante de todo es glorificar a Dios y sentirse bien haciendo esa labor. En Isaías 43:7, el Señor refiriéndose a sus hijos dijo: ¨Yo los cree para mi gloria¨. Así como Cristo vino para glorificar al Padre el objetivo de nosotros como hijos de Dios debe ser glorificarlo, ese es el gran propósito de la vida, y creamos en eso. Cuando vivimos para gloria de Dios encontramos la felicidad, así que el que tiene a Jesús lo tiene todo incluso no teniendo nada, pero quien no tiene a Cristo, no tiene nada incluso teniéndolo todo, vivamos para glorificar a Jesús, vivamos para glorificar a Dios, y si ya estamos viejos pero vivimos glorificando a Dios, podemos decir como dijo Jesús: ¨Padre yo te glorifique en la tierra, realizando la obra que me diste para hacer¨, porque nuestra mayor obra, la más grandiosa y noble misión es exactamente esa, glorificar a Dios. Dios nos Bendiga. Vamos a consagrar nuestras vidas al Señor, y veremos que si Cristo no vuelve en estos días, seremos alegres por haber cumplido correctamente la obra que se nos encomendó.
OREMOS:
Padre amado, gracias por tu palabra y linda enseñanza de que debemos cumplir tu voluntad, glorificarte y seguir el ejemplo de Jesús. Ayúdanos siempre. Oramos en nombre de Jesucristo nuestro Señor.
Amén