Colosenses 4:6 “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno. “
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, Un honor, un placer y una bendición preciosa, es estudiar la palabra del Señor, ya que sus consejos nos orientan para cumplir la voluntad del Padre en nuestras vidas, ello nos conduce a la bendición eterna, sin embargo, la andanza por el camino de la obediencia a Dios precisa ser continuo, para que las promesas que se encuentran establecidas en la biblia, se cumplan en nuestras vidas. Tengamos hoy la valentía necesaria para predicar incesantemente el evangelio.
La manera más práctica de expresarse es mediante las palabras, pero con las palabras podemos críticas, herir, destruir. Las palabras tienen el efecto que hace un elemento clavado sobre la madera, que penetra para causar una función y cuando son removidos, dejan marcan prácticamente imborrables, por eso precisamos ser muy cuidadosos con las palabras y el uso que hacemos de estas. Porque por otro lado con las palabras podemos construir, confortar, promover y bendecir a los otros. Ahora, lo interesante es que Pablo usa la ilustración de la sal porque ella da equilibrio a la comida, si quitamos la sal del proceso de preparación de los alimentos, indudablemente le restaremos sabor a la preparación, aunque hay ciertos alimentos que no requieren sal, pues ya traen, y agregarles sal producirá un exceso desagradable. Así la palabra pronunciada debe ser equilibrada, incluso el Apóstol Pablo indico a los efesios » No salga de la boca de ustedes, ninguna palabra sucia «. Lo que hablamos produce efectos gigantes en aquellos que nos escuchan. La biblia dice que en el día del juicio, seremos juzgados por nuestras palabras, pues las palabras revelan el contenido de nuestros corazones, Jesús nuestro Salvador lo dijo: » La boca habla de aquello de lo que está lleno el corazón”. La sabiduría para usar las palabras y responder a cada uno con equilibrio, es un don que viene de Dios, porque si dependiera de nosotros, hablaríamos tontería el tiempo todo, las palabras antes de ser dichas, ellas requieren ser pensadas, no dichas para después pensar, allí está la sabiduría de Dios, un corazón conectado con el Espíritu Santo, contribuye a que las palabras sean agradables, las expresiones amorosas, las palabras tienen gran poder, tanto que en el juicio final, ellas van a absolver o a condenar. Vivamos este día evaluando nuestras palabras, buscando tener comprensión del efecto de nuestras palabras, vamos a pedirle a Dios que nos de sabiduría para que vivamos según toda la palabra que sale de la boca de Dios. Salomón escribió en Proverbios 25:11 » como manzanas doradas en racimos de plata, así es la palabra dicha a su tiempo. Eso es hermoso, como las palabras de las personas que pronuncian las palabras correctas para bendecir a su prójimo.
OREMOS:
Padre amado, Te alabamos por tu palabra bendita, que nos hace bien al conocerla y que es bien recibida por nuestro prójimo, cuando le bendecimos al llevarles el mensaje, ayúdanos siempre a tener palabras sabias y agradables, a expresarnos correctamente, sazonadas con tu amor. Así pedimos en. Nombre de Jesús.
Amen.