Isaías 25:8 “Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho. “
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, juntos nos encontramos otra vez para estudiar la palabra de Dios, esto es hermoso y gratificante. Son variados los beneficios que nos ofrece esta maravillosa práctica. Teniendo claro lo anterior surge la necesidad de compartir con nuestro prójimo la palabra, pero hacerlo con expresiones y actos que la demuestren, para dar ejemplo de conducta a todos. Extendamos este material por medio de las redes sociales.
Fuimos creados para vivir eternamente, pero por causa del pecado, la muerte se convirtió en una tragedia en la vida del ser humano, partiendo de esto podríamos decir que existen dos tipos de muerte, la primera seria la muerte de sueño, la primera muerte, y la segunda es la muerte eterna, esa es la segunda muerte, veamos que el sufrimiento humano de la primera muerte, que es la muerte de sueño, es grande. Pero, ¿Imaginamos el sufrimiento de la segunda muerte, cuando la separación será eterna?. Bien, acá tenemos una maravillosa promesa, que es esta que leemos que establece que ¨El Señor destruirá a la muerte para siempre, y el Señor secara toda lagrima de nuestros ojos¨, esta es una maravillosa promesa, Dios destruye la muerte para siempre, nuestro dolor de perder a nuestros seres queridos se acabara, porque Dios así lo sanara para siempre, la muerte será destruida, Dios borrara de nuestros ojos cada lagrima, incluso nuestras lagrimas escondidas que nadie ve, la promesa bíblica es que Dios va a remover la vejación de su pueblo que es el pecado, esa promesa es muy significativa, porque la muerte será aniquilada para siempre, las lagrimas y el sufrimiento será quitado, inclusive el pecado será destruido, tenemos que vivir con la certeza de que la muerte, el sufrimiento y el pecado tienen sus días contados. Dios nos ofrece vida eterna, alegría eterna, perfección eterna, restaurando al hombre a la imagen original de su creador y el profeta termina ese verso indicando que asi será porque el Señor lo dijo. Que esta palabra sea una realidad en nuestras vidas, ahora y para siempre. Hasta que la muerte sea destruida.
OREMOS:
Padre amado, alabado sea tu nombre, que podamos mirar al futuro sin miedo, sin desespero, porque sabemos que ni la muerte nos podrá separar de tu amor, sabemos que la muerte fue vencida ya, y ahora solo resta eternidad en tu presencia, queremos seguir cumpliendo fielmente tus mandatos y haciendo tu voluntad para ser siervos agradables a ti. Contribuye con nosotros. Es nuestra oración que hacemos en nombre de Jesucristo.
Amen.