21 de Noviembre: Seguridad en el Señor

Proverbios 29:25 “El temor del hombre pondrá lazo; Mas el que confía en Jehová será exaltado. “

 

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Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, cosas buenas están por venir, sigamos cumpliendo con nuestro Creador pero hagámoslo de todo corazón, porque cuando hacemos su voluntad y bendecimos a nuestro prójimo somos bendecidos con los dones del Espíritu Santo, los cuales empiezan a mostrarse en nuestras vidas, para ganar almas y colocarlas en los correctos caminos de la salvación para que lleguen al Padre Celestial. Compartamos este material.

 

 

Lo interesante es que existe un antagonismo entre temor y confianza, el temor al que nos referimos es a la falta de tranquilidad, sensación de amenaza, este verso nos muestra como es generada la seguridad y la inseguridad, el temor al hombre, el miedo al hombre genera una iniciativa propia donde buscamos confiar en nuestra propia capacidad de protección, el termino trampa o ¨pondrá lazo¨, se define como una acción de sorprender al enemigo, nuestra naturaleza pecaminosa, tendenciosa para el mal, siempre busca protección usando artificios, que terminan por perjudicar a nuestros semejantes, en este punto sería bueno reflexionar sobre esta pregunta, ¿Por qué razón no buscamos la seguridad desde el amor?. La segunda parte del versículo en estudio, nos revela que la confianza en el Señor produce salvación. Así de las cosas, el miedo es generado por la confianza propia, pero la seguridad viene de estar caminando con el Señor, confianza es una virtud espiritual, que produce seguridad y significa una cualidad o condición de quien está libre de peligros e incertezas, porque confía en el Señor, porque ha colocado su vida en las manos de Dios y se siente seguro, teniendo convicción de que el Señor está presente, esa estabilidad espiritual en la jornada de la vida, es alcanzada exactamente por la presencia de Dios, cuando vivimos dominados por nuestra naturaleza pecaminosa, buscamos atajos y trampas, para protegernos de los otros pero poseídos por el Espíritu Santo, sabemos que nuestro socorro viene del Señor que hizo el cielo y la tierra, nuestro problema es nuestra confianza propia al dejar de confiar en Dios, ciertamente precisamos mover las piezas con nuestras manos, pero ante todo orando a Dios, aceptando que se haga su voluntad y realizando nuestros actos con el cuidado y cariño de la labor ejecutada como si fuera para Dios.

 

 

OREMOS:

 

Padre querido, muchas gracias por la manera en que te manifiestas en nuestras vidas, tus sabios consejos de amor nos motivan a continuar mejorando en el camino a la salvación, úsanos como tus instrumentos para hacer tu voluntad. Queremos ser mejores siervos cada vez. Ayúdanos siempre. Es nuestra oración hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.

 

Amen.

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