Jeremías 7:1 “Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: “
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, que la gracia y paz de Dios este siempre con nosotros, continuemos llevando la palabra a nuestro prójimo, comportándonos de manera correcta y conforme a los mandatos de Dios, esas actitudes nos permitirán avanzar por el rumbo a la salvación.
El personaje que estudiaremos hoy es Jeremías, el profeta que vivió en Jerusalén y que ejerció su ministerio durante varios reinados israelitas entre los años 630 hasta el 587 a.C aproximadamente, Jeremias escribió un libro que lleva su nombre, y también el libro de Lamentaciones de Jeremías, una verdad que siempre encontraremos en los escritos de este profeta, que tienen que ver con la vocación y misión de un profeta, que es exactamente hablar del mensaje que recibió de Dios, las maneras que siempre utilizaba Jeremías para expresar sus experiencias en los texto, es como lo previsto en este versículo. Debido a que la función de un profeta era transmitir el mensaje recibido por Dios al pueblo, así el mensaje fuera de desaprobación, de advertencia, direccionado al rey u otra autoridad, un profeta no debía tener miedo, el debía predicar, hablar lo que le era indicado por Dios, esa era la función ejercida por ellos, por cumplir su función, Jeremías sufrió maltratos, prisiones, y otro tipo de sanciones, pero lo más importante era que contaba con el favor de Dios. Pero, ¿Por qué Jeremías era perseguido y odiado?, la respuesta es clara, ello era por causa de su misión, pues su misión consistía en alertar al pueblo al respeto de las consecuencias de la desobediencia, y aunque Jeremías haya sufrido maltratos por causa del mensaje de advertencia que recibió de Dios y transmitió a los líderes de Israel Jeremías no tuvo miedo y no desistió de su papel de profeta y el deja para nosotros un ejemplo claro de otros aspectos de su vida, pero precisamos resaltar ese punto, que Jeremías nos indica que tenemos un mensaje divino a ser transmitido, porque hemos estudiado y conocido la palabra del Señor, entonces aprovechemos esta bendición y compartamos con nuestro prójimo el mensaje de salvación, la idea es direccionar almas a los caminos de Jesús, también otro objetivo es demostrar nuestra comunión con el Padre Celestial y expresar a la sociedad que somos sus embajadores, esto lo haremos cumpliendo fielmente su palabra.
OREMOS:
Padre querido, gracias por la enseñanza que nos transmites en tu palabra y con las historias de estos héroes de la fe, así como acompañaste a Jeremías en el cumplimento de su misión a pesar de las reacciones del mundo, acompáñanos a nosotros también para que cumplamos tu voluntad todo el tiempo y seamos siervos merecedores de tus dadivas. Es nuestra oración hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.