Salmos 127:3-5 “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre.¨ – “Como saetas en mano del valiente, Así son los hijos habidos en la juventud.¨ – “Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; No será avergonzado Cuando hablare con los enemigos en la puerta.¨
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, a cada día hagamos de Dios nuestra prioridad, busquemos una hora al día por lo menos para alimentarnos espiritualmente, porque vale la pena hacerlo, servir a alguien que dio su vida para salvarnos, tengamos esto presente y busquemos profundizar nuestro nivel de intimidad con Dios.
Dios requiere ser la mayor de nuestras prioridades, por eso el tiende a estar presente en todas las actividades que realizamos, pero en ese Salmo, Salomón hijo de David, quien fue el autor del Salmo, también se preocupa con el bien mayor que un hombre y una mujer pueden tener, ello son los hijos, en el segundo mandamiento de la ley de Dios, el enseña la necesidad de los padres enseñarle a los hijos a adorarle únicamente a él, y el mandamiento dice que Dios hace misericordia hasta mil generaciones de aquellos que lo aman, y guardan sus mandamientos, es decir que si amamos a Dios y seguimos su voluntad, y enseñamos a nuestros hijos a amar al Señor, a hacer lo que es recto, tendremos una gran influencia sobre el carácter de ellos, amaran a Dios y sabrán discernir, entre lo bueno y lo malo, exactamente fue eso lo que se quiso decir en los dos primeros versos del salmo 127, al llevar a nuestras familias a Dios, ellos serán bendecidos, ellos serán como flechas en las manos del guerrero, irán al campo de batalla de esta vida con el poder de Dios, para vencer ante las tentaciones, ellos tendrán la capacidad, para desviarse de los dardos inflamados lanzados por el enemigo, serán victoriosos en la batalla contra Satanás, pues serán íntegros y honestos. Si nosotros hiciéremos nuestra parte en la educación de nuestros hijos ellos serán hombres y mujeres, mejores que nosotros y eso es lo que el mundo necesita exactamente, el mundo de hoy necesita de hombres y mujeres, que no se compren ni se vendan, hombres y mujeres que en lo íntimo de su alma sean verdaderos y honestos, hombres y mujeres que no tengan miedo de llamar al pecado por el propio nombre, que tengan la conciencia del deber a Dios, y que sean fieles a este deber. Mujeres y hombres, sinceros y humildes de fe, de coraje, que sean firmes en lo que es recto, así caigan los cielos.
OREMOS:
Padre de Amor, queremos orar para que nuestras familias tengan esa conciencia del deber para contigo, queremos hacer tu voluntad y cumplir con tus estipulaciones para ser siervos agradables a ti y que nuestras familias sean bendecidas. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen