Apocalipsis 22:4 “y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.¨
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz día, motivo de regocijo es poder reunirnos este día con la palabra de Dios, es necesario compartir este tipo de materiales con todos nuestros contactos para hacer crecer la cadena de bendición, ganar almas y dirigirlas a los caminos de Jesús, colocar nuestro grano de arena en la obra de Dios. Vamos a compartir.
Inclusive aquí en la tierra los Cristianos pueden sentir la alegría de la comunión con Cristo, pueden tener la luz de su amor y el perpetuo confort de su presencia, cada paso de la vida puede llevarnos más cerca de Jesús, darnos una experiencia más profunda de su amor y colocarnos un paso más cerca del bendito hogar prometido en Apocalipsis, no hay como evitar nuevas perplejidades en el inminente conflicto pero podemos mirar hacia aquello que paso y lo que esta por venir para decir hasta aquí nos ayudó el Señor, las pruebas no serán mayores que las fuerzas que Dios promete darnos para soportarlas, requerimos realizar la tarea donde quiera que nos encontremos, creyendo aquello que fuere necesario Dios va a concedernos, asi que cuando lleguemos a ese glorioso Día y las puertas del cielo se abrieren para nosotros tendremos en los labios un himno de alabanzas y gloria, en ese momento será oída una maravillosa música y recibiremos de Cristo una calurosa bienvenida, estaremos felices los salvos y redimidos siendo recibidos en el hogar celestial por el propio Jesús, allí nunca mas tendremos la compañía de personas viles de personas mentirosas, idolatras e impuras, o incrédulas, pero nos asociaremos con aquellos que vencieron a Satanás por medio de la gracia divina, con aquellos que formaron un carácter perfecto, cada tendencia pecaminosa, cada imperfección que nos ha afligido hasta aquí, serán removidas completamente, delante de la gloriosa herencia que nos pertenece, podemos confiar que Dios estará con nosotros, y así seamos pobres de las riquezas de este mundo, así seamos indignos de las glorias de este mundo, Cristo nos invita a estar en armonía con el, y es su deseo que un día contemplemos su cara allá en la eternidad, por eso la promesa contenida en este versículo que encabeza el texto, es para nosotros hoy.
OREMOS:
Padre de amor, tenemos el deseo en el corazón de un día contemplar tu cara, permítenos desenvolvernos conforme a tus mandatos, hacer tu voluntad en cada momento para ser merecedores de todas las dadivas que nos tienes preparadas. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen