Marcos 3:29 “pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno.”
Amados, que el Señor nos bendiga y su paz este con todos. Quienes hemos sido bendecidos con el conocimiento de este mensaje, precisamos compartirlo para que la verdad llegue a más corazones, para que más personas puedan convertirse a los caminos de Jesus, y tener una mejor calidad de vida.
Blasfemia contra el espíritu Santo, quizá nos hayamos preguntado si ¿Alguno vez cometimos ese pecado?. Por la lectura del texto de hoy podemos percibir la gravedad del asunto, en texto se refiere a un pecado que no tiene perdón, el contexto nos dice que Jesus estaba en casa y una multitud estaba fluyendo hacia allá, los parientes de él también fueron, junto a los escribas y los fariseos, la multitud fue por causa de lo que Jesus hacía, los parientes fueron porque querían atraparlo, pensaban que el estaba loco, mientras los escribas fueron para acusarlo de estar poseído de demonios, Jesus había curado a un hombre ciego, mudo y poseído por demonios, esta cura hizo que la multitud lo reconociera como el Mesias, ese reconocimiento fue lo que provoco el alboroto por parte de los fariseos y la familia de Jesus, para ellos la cura no venia de Dios, la autosuficiencia llevo a los fariseos a atribuir una clara obra del Espiritu Santo, al Diablo y al intentar difamar e insultar a Jesus no era contra Cristo que estaban hablando, sino contra quien lo estaba conduciendo, osea, el Espiritu Santo, lo que esta historia nos puede enseñar es que blasfemar contra el Espiritu, no es hablar mal de Cristo, el propio Jesus dice que eso podría ser perdonado, blasfemar contra el Espiritu en ese contexto es ser insencible en las cosas de Dios por causa de la autosuficiencia, y orgullo religioso y eso no tiene perdón, porque si estamos insencibles a Dios, no tenemos sensibilidad en relación al pecado y mucho menos arrepentimiento, visto a que el Espiritu es quien opera esa obra de conversión en nosotros, cuidado debemos tener con la autosuficiencia y el orgullo religioso, esas cosas pueden caracterizarse como falta de sensibilidad con Dios, ahora si reconocemos nuestra pecaminosidad y clamamos por un nuevo nacimiento, sepamos que no blasfemamos contra el Espiritu, si sentimos en la vida sus toques es porque esta cerca de nosotros llamándonos al arrepentimiento y a un nuevo comienzo.
Padre de amor, queremos colocarnos en tus manos para que tu espíritu operando en nuestras vidas, pueda, transformarnos en mejores siervos y que podamos cumplir tu voluntad siempre. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen