Juan 4:27 ¨ Y en esto vinieron sus discípulos, y maravilláronse de que hablaba con mujer; mas ninguno dijo: ¿Qué preguntas? ó, ¿Qué hablas con ella?¨
Amados, que la paz del Señor este con todos y seamos siempre bendecidos. Que cada dia podamos entregarnos con todo a Jesus, ese es un proceso maravilloso, lindo, constante y diario, que debemos realizar siempre. Alli morimos para nosotros mismos y nacemos para el reino de Dios, este proceso es complicado debido a que la muerte de yo es siempre envuelve nuevas tareas, teniendo eso claro requerimos saber que manteniéndonos ligados a la palabra de manera diaria cada vez mas un pedacito del yo será aplacado, debilitado y podremos andar por el camino de la salvación de manera tranquila.
En el versículo de hoy vemos que Jesús siempre fue revolucionario, siempre anduvo en contra mano de lo que el mundo consideraba apropiado, en aquel tiempo las mujeres eran totalmente insignificantes, ninguna mujer podía trabajar y muchos de sus derechos eran vulnerados y hasta ignorados, era como si se tratase de una clase inferior cuyo único objetivo era el de tener hijos, esto significaba que la mujer era totalmente dependiente del marido y considerada un objeto de placer y reproducción, pero cuando llega Jesús el transforma la historia, el hecho de conversar con una mujer era un acto revolucionario, Jesús hizo eso para demostrar que la mujer tiene el mismo valor que los hombres, y eliminar esos modismos del machismo y hasta el actual feminismo, todos los seres humanos somos iguales sin distinción alguna, este principio dictado con hechos por Jesús mas adelante se convirtió en un principio legal de la no discriminación el cual ha sido acogido en diversas normativas a nivel mundial, inclusive constituye uno de los principios fundamentales de los derechos humanos.
Padre querido, permítenos amar al prójimo como a nosotros mismos, respetarles de todas maneras y salvaguardar los derechos tanto propios como de nuestros semejantes, queremos cumplir tu voluntad y ser siervos agradables a ti. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo por quien todo lo concedes.
Amen.