Lucas 10:39-40 “ Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.”- “ Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.”
Primeramente, agradecemos al Padre Celestial por este nuevo día, en donde destacamos que desde el amor, tomando como punto de partida este sentimiento y con la calma que otorga la sabiduría, podemos resolver muchas cosas con la ayuda de Dios. Genera un sentimiento incomparable de satisfacción podernos reunir nuevamente para el estudio de un pequeño fragmento de la palabra de Dios. De acuerdo a los versos en estudio, Marta, María y Lázaro eran tres hermanos, ellos poseían una residencia donde Jesús se sentía feliz, así que cuando el salvador quería separarse de las multitudes, relajarse un poco y descansar, acudía a ese hogar, a María le encantaba sentarse a los pies de Jesús para escuchar sus enseñanzas, mientras Marta veía la escena pero estaba ocupada con las actividades del hogar para servir al maestro, ella llego hasta a preguntarle: Señor, ¿No te importa que yo trabaje sola, mientras mi hermana solo se queda oyéndote?. Ordénale que venga a ayudarme. Pero la respuesta que Jesús le dio a Marta, constituye una valiosa lección para nosotros, pues con todo amor y suavidad, Jesús le dijo: Marta, tu estas atareada con muchas actividades, María escogió la buena parte y ello no va a serle quitado. La buena parte esta expresada en el texto, se trataba de oír a Jesús y practicar la obediencia, es verdad que tenemos un día de veinticuatro (24) horas, pero en ocasiones parece que ese día es pequeño, comenzamos a desempeñarnos en las actividades cotidianas y tenemos tantas cosas para hacer, como trabajos, estudios y demás, que quizá nos encontramos en la posición de Marta y no en la posición de María para sentarnos a reflexionar sobre la palabra bíblica, por lo menos nosotros que estamos en este momento reflexionando esta palabra estamos compartiendo la buena parte como lo hacía María y eso no nos será quitado. La lección que María quiere enseñarnos es: que nosotros podemos estar a los pies de Jesús, y luego de estar a los pies de nuestro Salvador, todo lo que hiciéramos será más fructífero, pues si comenzaremos el día en la corredera sin gastar un tiempo a los pies del señor es posible que observemos resultados adversos, por esto, aunque tengamos miles de actividades por realizar siempre destinemos un tiempo para meditar en la palabra de Dios, porque ello hará la diferencia en nuestras vidas. Valoremos lo importante que es alimentar un vínculo intimo con nuestro Padre Celestial. En este día oremos de con mucha fe, por nuestro mantenimiento en los caminos del señor, oyendo y obedeciendo la palabra bíblica, ayúdanos padre querido a incluir en nuestra rutina diaria un momento para compartir contigo y disfrutar la experiencia de sentir el amor que nos otorgas. Mueve tus manos en nuestro favor. Son las peticiones que en nombre de tu hijo Jesucristo realizamos y en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.