32. Súbditos del reino

Juan 18:36  ¨ Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. ¨

 

La paz del Señor sea con ustedes. Que bueno es poder estar junto a la carta de amor contenida en la Biblia, donde Dios nos da consejos y orientaciones para tener una vida más agradable, demostrándonos amor e invitándonos a compartir ese amor con nuestros semejantes. Llevemos este material a más personas y lugares, todo valdrá la pena. Cosas buenas están por venir.

 

 

Este texto que estudiamos hoy contiene palabras de Jesús, dirigidas a Pilatos, pero ¿Qué fue lo que Jesús quiso decir con esas palabras?, ¿Qué podemos aprender con el texto de hoy?, muchos piensan en Jesús como el rey de los Judíos en forma literal, ellos vieron en él un libertador político y militar, que les daría la victoria sobre la opresión romana, eso era una amenaza tanto para los líderes religiosos judíos, como para Roma y su gobierno, pero Jesús esclarece ¨Mi reino no es de aquí¨, Jesús dejo siempre claro que su reino es el de los cielos, así expreso en sus parábolas, enseñanzas y palabras, todo en tiempo. El enseño a los discípulos a orar por la venida de su reino, su evangelio era la buena nueva del reino, sus discípulos eran hijos del rey y por tanto herederos, entonces, Jesús los envió a predicar el reino de los cielos., con esto aprendemos que Dios vino a liberar a su pueblo de una opresión, mucho mayor que aquella opresión romana, él quería reinar en un mayor trono, un trono mejor que el de cualquier imperio, ósea en el trono de nuestros corazones, Jesús estaba diciendo a Pilatos ¨Puedes pensar que estas destruyendo mi reino, pero no sabes que él es eterno¨, la invitación de hoy es a decir con actos ¨ Nuestro reino no es de aquí¨, y que cada decisión que tomemos hoy nos ayude a comprender que somos súbditos en el reino celestial.

 

 

 

 

 

OREMOS:

 

Padre Celestial, ayúdanos a continuar obedeciendo a tu palabra y cumpliendo tu voluntad, gracias por amarnos, nosotros queremos agradarte siempre. Apóyanos siempre. Son las peticiones que en nombre de Jesucristo, hacemos hoy.

 

Amen.

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