Génesis 22:2 “ Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.”
Padre nuestro, que tu gracia y tu paz nos alcance en todo momento, agradecidos estamos por este maravilloso día, la oportunidad especial de compartir tu palabra bendita siempre es valorada por nosotros, deseamos agradarte mediante alabanzas considerando este texto como símbolo para tu glorificación, instrumento con el cual se pretende contribuir a la evangelización de tu pueblo.
Amados, que la paz del Señor esté con todos y seamos siempre bendecidos. Una vida de fe no es un acontecimiento único, no expresamos fe de manera poderosa solo una vez, probando así que somos cristianos leales y fieles, que vivimos por la gracia cubiertos por la sangre de cristo, no es así que funciona. Por ejemplo, luego de millares de años el mundo religioso aún permanece atónito por el acto de fe demostrado por Abraham en relación a Isaac en el monte de Moriah, mientras tanto este acto de fe no fue algo que Abraham simplemente produjo de modo mágico cuando requirió, su vida de fidelidad y de obediencia le permitió hacer lo que hizo, si él hubiera sido frecuentemente infiel, antes de ese acontecimiento, jamás lo habría hecho, pero esta prueba no deja ninguna duda que un hombre con aquel grado de fe, haya vivido luego de ese evento con la misma fe. La cuestión es que la fe de un cristiano no implica una única acción, con el pasar del tiempo ella crecerá y se convertirá en más fuerte o más débil, todo depende del ejercicio de la fe. Jesús es el consumador de la fe, quien la perfecciona en nosotros, ello significa que la intención de Jesús es que nuestra fe alcance un mayor grado, una maturidad palpable. En tal sentido, la fe es una experiencia dinámica, ella puede ser mayor a lo largo del tiempo si nos esforzamos en ejercerla de la manera correcta.
OREMOS:
Padre amado, tenemos un gran ejemplo de fe en la conducta ejercida por Abraham, en este dia queremos pedirte que nos ayudes a fortalecernos y crecer en este proceso dinámico de fe, para madurar en ella y cumplir tu voluntad para ser siervos agradables. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amén.