Proverbios 8:19 ¨ Mejor es mi fruto que el oro, y que el oro refinado; Y mi rédito mejor que la plata escogida.¨
Amados, que la paz del Señor este siempre con todos y seamos bendecidos. Feliz día, que bien es comenzar este día reflexionando en la palabra de Dios, no salgamos de casa sin antes oír la voz del Señor, porque cada verso de este libro tiene un mensaje especial para nosotros, nos da sabiduría para andar en nuestro día, nos da constancia en nuestra experiencia religiosa. Compartamos la enseñanza para ayudar a esparcir la verdad de salvación.
Hoy contaremos la historia de un hombre que tenía vergüenza de anunciar que seguía a Jesús, la primera vez que él tuvo un contacto con el maestro lo hizo de la forma más discreta posible, él no quería que sus colegas de trabajo, que sus vecinos, supieran que el admiraba a Jesús, el motivo de su vergüenza es que él tenía un cargo muy importante en su ciudad, todos lo respetaban, y el grupo social del cual el hacía parte despreciaba cualquier creencia religiosa, la verdad es que el medio al cual el pertenecía buscaba desconstruir el mensaje dado por Jesús, para ellos Jesús no pasaba de un hombre común, que debería ser ignorado, este hombre era Nicodemo, existe otro factor que dificultaba la vida de este hombre, es que el era bastante rico, sus posesiones tenían una conexión grande con su profesión, y con el grupo social el cual frecuentaba, aceptar a Jesús como señor de su vida implicaría tener que renunciar al patrón de vida que el habría conquistado ya, y también al prestigio que el disfrutaba, así que el precio de su conversión al cristianismo sería muy alto, y él no estaba seguro de que valdría la pena, una noche el marco un encuentro con el Salvador, después de aquel encuentro Nicodemo no vivió más en paz, hasta que decidió declarar su amor por Jesús, en la crucifixión de cristo el se presentó para guardar el cuerpo del hijo de Dios, además de emplear toda su fortuna el mantenimiento de la iglesia infante, Nicodemo entendió lo que tenía de más valor en su vida, y nosotros ¿Vale la pena soltar los tesoros terrestres para tomar posesión del tesoro celestial?, tengamos certeza de que así como Nicodemo, una conferencia con Jesús cambiara nuestras vidas para siempre, hagamos eso hoy y veremos que Jesús es mejor que oro y bienes, mejor que todo lo que tenemos.
OREMOS:
Padre de amor, gracias por la gracia que nos es ofrecida hoy, de la misma forma como le fue ofrecida a Nicodemo, nosotros queremos apropiarnos del Salvador Jesús, que el Señor haga morada en nuestros corazones y nos prepare para la vida eterna. Peticiones que te hacemos en nombre de Jesús.
Amen.