Lucas 22:39-40 ¨ Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron.¨-¨ Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación.¨
Padre Celestial, te damos gracias por la persona que ahora está atendiendo a la lectura de la palabra, y compartiendo en esta hora, la revelación que nos has hecho mediante el análisis de tus dictados. Permite también, que las ideas que integran el texto, promuevan maravillosamente la satisfacción de necesidades personales de alimento espiritual, que incentivan al cambio.
Amados, muchos hay quienes al verse tentados a caer en pecado, dejan de conservar su integridad y caen en los placeres pasajeros del pecado, para luego andar arrepentidos y recayendo constantemente en esa conducta, este modo de actuar genera mal testimonio, por ello existen opiniones nocivas sobre integrantes de la comunidad cristiana. Los versículos bajo estudio indican que las tentaciones en la vida son inevitables, en todo lugar y momento estaremos expuestos a ello, sin embargo nuestro padre nos propone una herramienta para liberarnos de caer en tentaciones, al invitarnos a orar y el mejor momento para practicarlo es a primera hora de la mañana, así estaremos atentos durante el día entero, aunque Jesús dijo que este mundo ya es maligno, también es cierto que el creyente puede vencer a la tentación antes de ella llegar, atendiendo al principio de que el prudente que ve el mal, se esconde, así en nuestra oración colocaremos nuestro deseo de obtener la victoria en medio de la tentación con nuestro clamor al padre y apego a la escritura bíblica.
OREMOS:
Dios Querido, gracias porque tenemos la seguridad de que siempre estas con nosotros y jamás nos abandonaras, permanece siempre a nuestro lado, dotándonos de conocimiento y experiencia basadas en la verdad, para lograr hacer tu voluntad, agradarte y glorificarte. Ayúdanos a obtener la victoria sobre la tentación, queremos vencer y que los méritos de esa victoria dignifiquen tu nombre porque ellos vienen de ti. Son nuestras peticiones, que llenos de fe hacemos en esta oportunidad en nombre de tu hijo Jesucristo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen