Una corriente de bendición

29 de Septiembre: La envidia

Salmos 37:1 ¨No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. ¨

 

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Bendiciones para todos y que la paz del Señor sea con nosotros. Como todas las mañanas, hoy se han renovado las misericordias del Señor, y es oportuno el momento para recordar que hemos sido dotados con sabiduría para desarrollar capacidades que nos permitan superar las situaciones amargas. Entonces, podemos evitar sufrir las tentaciones y ataques del enemigo manteniéndonos apegados a las disposiciones de Dios. El secreto para tener un gran día es empezar meditando en la palabra.

 

 

Existe una gran diferencia entre envidia y codicia, la primera es el disgusto a causa de la felicidad o prosperidad ajena, mientras la segunda es el deseo ardiente de poseer, siendo así podemos concluir que envidia es no querer que el otro tenga, y codicia es querer aquello que el otro tiene, en el texto de hoy encontramos una afirmación de Dios, nosotros no debemos quedar irritados, por la aparente buena vida de aquellos que no quieren saber de Dios, podemos haber cuestionado porque fulano tiene ciertos bienes y nosotros que somos fieles no, ese tipo de pensamientos son envidia, si este tipo de sentimiento reina en nuestros corazones seremos infelices, no debemos irritarnos por la felicidad ajena, debemos buscar en Dios nuestra felicidad, todos juntos vamos a pedirle al Señor que limpie nuestros corazones de toda envidia, y de toda codicia no quede comparándose con nadie, porque al final cada ser humano es único. Dios nos hizo de un modo determinado para cumplir propósitos especiales con nosotros, planes que no los tiene otra persona, entonces intentemos descubrir cuáles son esos planes,

 

Padre amado, gracias por tener planes especiales para nosotros, ayúdanos a no tener envidia de las cosas buenas que otros consigan, más bien permítenos motivarlos a que sigan alcanzando éxitos. Pedidos que hacemos en nombre de Jesús.

 

Amen

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