1 Reyes 18:18 “Y él respondió: Yo no he turbado a Israel, sino tú y la casa de tu padre, dejando los mandamientos de Jehová, y siguiendo a los baales.”
Padre nuestro, que tu gracia y tu paz nos alcance en todo momento, agradecidos estamos por este maravilloso día, la oportunidad especial de compartir tu palabra bendita siempre es valorada por nosotros, deseamos agradarte mediante alabanzas considerando este texto como símbolo para tu glorificación, instrumento con el cual se pretende contribuir a la evangelización de tu pueblo.
Amados, que la paz del Señor esté con todos y seamos siempre bendecidos. Primeramente tenemos en este verso un diálogo entre el profeta y el rey, Elías tuyo mucha valentía para enfrentar tal momento, el rey lo culpaba por la sequía que había tenido Israel durante tres años y eso ocasionó muerte de personas, animales, siembras y demás, fué algo realmente terrible, sin embargo Elías no acepto esa culpa, la culpa era de Jetzabel quien era la mujer del rey, pero era una mujer malvada, que adoraba a dioses paganos, que destruía a los profetas. En ese reino el rey apenas era una figura decorativa o una marioneta, porque quien ejercía el poder era su mujer. En otras palabras, el culpable fue quien se apartó de Dios y lo burló, por tanto de manera valiente Elías no asumió ningún tipo de responsabilidad. Cuando alguien se aparta de Dios, no puede esperar que siempre le vaya a ir bien, porque quizá pueda experimentar momentos de riqueza pero ella llevara a la desgracia porque está siendo obtenida sin la bendición de Dios. Así todos tenemos que permanecer cercanos a Dios en todo momento, obedeciendo para no pasar calamidades y tener las capacidades para superar cualquier obstáculo.
OREMOS:
Padre amado, ayúdanos a comprender que manteniéndonos contigo de manera absoluta lograremos alcanzar bendiciones genuinas porque las habremos alcanzado con el esfuerzo y obediencia. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amén.