26 de Noviembre: Vida después de la tribulación

2 Corintios 1:3-4 ¨ Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.¨

 

Amados, cumplamos la voluntad de Dios en todo momento, precisamos obedecer a las disposiciones de Dios, porque él nos instruye por amor. Aprovechemos estos instantes, para alimentarnos espiritualmente, y obremos cada día conforme a estas disposiciones, porque a Dios le agrada eso. Difundamos este mensaje para bendecir a nuestro prójimo.

 

 

Pablo inspirado por el Espíritu Santo, nos esta diciendo que cuando el permite que nosotros pasemos por una tribulación, es decir, cualquier revés de la vida, sufrimiento, dificultad, algún problema, la misma consolación que Dios usa para consolarnos, debemos utilizarlas para consolar a los que pasan por nuestros caminos y pasan por dificultades, Muchas veces estamos pasando por dificultades, pero eso no es motivo para que nos quebremos o nos trastornemos, sino para continuar de buen ánimo, porque estamos teniendo esa experiencia al lado de Dios, él siempre nos acompaña, en la biblia esta escrito repetidas veces. Ahora bien, así como llega la tormenta, también ella pasa, la noche puede ser muy oscura, pero pronto amanecerá, estas cosas están escritas también. Tengamos fe de que cuando esta situación sea superada, obtendremos un nivel superior, estaremos capacitados para recibir nuevas bendiciones. Soportemos con amor el sufrimiento de la prueba, carguemos nuestra cruz con placer, porque la bendición con certeza llegara.

 

 

OREMOS:

 

Padre de amor, gracias por tu valiosa enseñanza, por recordarnos que siempre estas con nosotros, y que precisamos soportar con amor el sufrimiento de la prueba, porque con seguridad la bendición llegara. Favorécenos siempre. Peticiones que te hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.

 

Amen.

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