25 de Octubre: Firmes en las promesas de Jesús

Salmos 40:1 “Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.¨

 

 

 

Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, bienvenidos a un momento de reflexión en la escritura sagrada, que este día sea lleno de alegrías, sonrisas y muy agradable, pero si todavía esa no fuera nuestra realidad, continuemos confiando en Dios, buscando refugió en él, continuemos en su compañía, continuemos alimentándonos de la palabra de este modo y si esta práctica nos está ayudando, compartamos el material en las redes sociales y en todas las interacciones que tengamos.

 

 

La paciencia es una virtud que debemos buscar todos los días, la misma se hace necesaria para obtener las bendiciones que Dios nos tiene preparadas, para nosotros, el inicio de este Salmo es una expresión de gratitud, en la cual su autor David relata que fue libertado, no solo del peligro sino de la presencia de la muerte, es importante recordar que David paso por muchos peligros de muerte, muchas veces estuvo en peligro pero la paciencia fue una de las herramientas más importantes, para su libramiento, él era paciente y esperaba en el Señor, existen personas que oran pero que se levantan en seguida para solucionar el problema,  que acabo de colocar en las manos del Señor, ellas oran pero no lo entregan completamente, David oro y espero que su grito de socorro fuera oído por Dios, al orar, necesitamos decidir ¿Quién va a resolver el problema?. Es necesario tener coherencia, no solo en las palabras, sino en las acciones, por eso es que la paciencia para alcanzar la victoria. David espero con paciencia por el Señor, hasta que fue oída su oración y fue librado de la muerte, es importante recordar que ni Jesús, recibía siempre una respuesta inmediata, la tardanza no implica una recusación, Dios responde las oraciones en el momento más apropiado para su realización, la realización de sus designios, sus propósitos, para nuestra vida,   el socorro de Dios no viene muy temprano, ni muy tarde, tenemos que confiar en el Señor, así estemos en medio de las tinieblas, él nunca viene tarde demás como algunos suponen, nosotros a veces sentimos angustia de confiar, pero ese es el proceso que Dios estableció, ciertamente David estuvo expuesto al mayor de los peligros, la muerte, pero el confiaba en el Señor, y con buenas razones el podía decir, que su fe continuaba viva inclusive en la peor circunstancia, David no paró de confiar en Dios, aunque Dios tardara su socorro, el corazón del rey no desfalleció, ni se canso y después de la suficiente demostración de su paciencia, por fin David fue oído, aunque muchas veces pueda parecer demorada la presencia divina, la historia de David nos deja una lección maravillosa, la fe es probada por la larga espera, Dios promete socorrernos pero mas lentamente de lo que quisiéramos, quizá tengamos tiempo esperando una respuesta divina pero en el momento adecuado ella vendrá, porque Dios no se niega a traer bien a quienes le sirven.

 

OREMOS:

 

Padre de querido, oramos hoy por paciencia, por fe, porque a veces nuestras oraciones no son atendidas en la velocidad que nosotros quisiéramos, pero por tu palabra hoy, nos permites calmarnos para aguardar tui respuesta, ratificamos nuestro compromiso de continuar cumpliendo tu voluntad para ser siervos merecedores de tu Dadivas. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.

 

Amen

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