Jonás 2:7 ¨ Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo.¨
Amados, seamos felices y tengamos buen ánimo, pues si confiamos en Dios y cumplimos su voluntad, contaremos con su favor, para que seamos bendecidos siempre, en toda circunstancia. Dios es amor, ello está escrito, pero nosotros privilegiadamente podemos percibir ese amor a cada instante, en ese sentido, son valiosos estos momentos, porque buscamos comprender la voluntad del Padre Celestial, por medio de la lectura, y el se contenta, de que además de comprender, podamos hacer su voluntad. Difundamos este material, para beneficiar al prójimo.
Es probable que todos conozcamos al profeta Jonás, lo interesante es que en su libro de solo cuatro capítulos, cada capitulo tiene que ver con un movimiento de Jonás, primero el estaba huyendo de Dios, buscando evitar la misión que Dios le dio, pero luego el esta corriendo hacia Dios, cuando se angustia, y luego este persona se encuentra corriendo con Dios, para cumplir la misión, y luego está corriendo delante de Dios, o corriendo sin Dios porque este personaje Jonás queda irritado, porque el predica sobre arrepentimiento y las personas se arrepienten, los seres humanos somos así, medio complicados, en esta historia, vemos que hay muchas paradojas, en secuencia, y estas señalan la existencia de Jonás, él era un profeta del Señor, pero huyo de la presencia del Señor, el fue lanzado en el mar enfurecido, pero no se ahogó, predico arrepentimiento, pero quedo lleno de ira cuando la gente se arrepintió, él fue el único profeta en ser enviado a los paganos, su libro no hace mención del pueblo escogido de Israel, lo que constituye una reprensión para los Israelitas, que tenían tantos profetas pero los ignoraban a todos, Jonás pensaba que los paganos no debían ser salvos, es posible que conozcamos personas así, que dicen que no les importan los habitantes que viven en países alejados, dicen: ¨si hay mucho por hacer en nuestro país¨, claro que hay mil cosas por hacer en nuestros países, así pensaba Jonás, el quería predicar en la tierra de Israel, pero hay una obra a ser realizada en el exterior, lo importante es estar dispuesto a hacer la obra de Dios, donde el lo indique, Jonás huyo en una dirección pero Dios le recomendó que fuera en otra, su viaje fue costoso tanto en valores materiales, como humanos, el precio de su pasaje no fue pequeño, su rebelión costo a los propietarios del navío, la carga que ellos transportaban, también la tripulación quedo traumada, y el pecado era una alternativa muy cara, la actitud de Jonás al principio daño a Dios, eso siempre ocurre cuando negamos nuestra fe, Jonás encontró por obra de Dios, abrigo en el vientre de un gran pez, en ese lugar extraño el encontró a Dios, y el Señor lo expulso para afuera, del vientre de la ballena. Dios estuvo con Jonás todo el tiempo, lo estuvo siguiendo y protegiendo, para que entrara en razón, de que es necesario obedecer a Dios, Dios no es responsable de que caigamos en situaciones desagradables, los responsables somos nosotros mismos, y Dios permite controladamente que caigamos en situaciones desagradables, porque él sabe que esas cosas, nos van a dar fuerzas para avanzar con más ganas en el rumbo correcto. Tengamos fe en Dios y obedezcamos su voluntad.
OREMOS:
Padre amado, alabado sea tu nombre, continúanos bendiciendo con este conocimiento importante para la vida, como es la necesidad de confiar y obedecer a tu palabra, favorécenos siempre. Peticiones que hacemos en nombre de Jesús.
Amen.