Filemón 1:10-11 ¨ te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones,¨-¨ el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil,¨
Agradecemos las bendiciones que traes constantemente a nuestras vidas, por el privilegio que nos otorgas al permitirnos compartir tu palabra por diversos medios para extender tu mensaje de salvación, logrando que se haga tu voluntad y nuevas almas puedan llegar a tus caminos, cada acción que en esta línea desarrollamos busca alabar y glorificar tu nombre, logrando que sean agradables a ti nuestros caminos, cierto que aún queda mucho por hacer, muchas almas que traer a las sendas de la salvación, sin embargo, continuaremos evangelizando para conseguir que se cumpla ese objetivo. Rogamos que bendigas este material y permitas que cause efectos positivos en la vida de todos los que nos nutrimos con él.
Amados, este texto nos dice que Pablo el Apóstol predico en la prisión, allí más de uno se convirtió, solo que en un determinado momento el sentía que no significaba mucho para el reino de Dios pues tenía devastado su autoestima por todos los malos tratos recibidos, pero luego en el momento en que el Apóstol Pablo está escribiendo la carta a Filemón, allí si Onésimo es muy importante, la vida es así en ocasiones un individuo actúa de forma errónea en determinada situación, porque posiblemente se encuentre en un lugar y momento equivocado, pero posteriormente en otro momento puede convertirse en la pieza más importante del sistema, de allí la importancia de dar nuevas oportunidades a las personas, quizá ese alguien que no era tan útil puede convertirse en algún momento en el más importante en el desarrollo de determinada tarea, por tal motivo requerimos pensar, actuar con cautela, cuidadosamente, seriamente. Entonces así como Onésimo fue un fracaso en algún momento y posteriormente fue una bendición, eso puede ocurrir en la vida de cualquier persona, inclusive en la de nosotros mismos. Tengamos presente si nos estamos sintiendo derrotados, que no debemos sentirnos así, sino sonreír, levantar el pecho y seguir adelante, sabiendo que la derrota de hoy representa la victoria de mañana.
OREMOS:
Dios querido, gracias por todas las bendiciones que nos otorgas, permanece siempre junto a nosotros, colocamos nuestras vidas en tus manos, dirígenos de manera adecuada, precisamos ser mejores siervos en tu obra y seguir ganando almas para tus caminos. Peticiones, que llenos de fe hacemos en esta oportunidad en nombre de tu hijo Jesucristo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen