Eclesiastes 2:1 ¨ Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad.¨
Señor tu quien concedes la gracia a quienes actuamos en la obra del bien, toma este texto como una ofrenda que contribuya a fortalecer el propósito evangelizador que es finalidad de llevar tu palabra. Coloca en este texto un pedazo de bendición y hazlo de utilidad para tu obra.
Amados, atender a este tipo de mensajes e involucrarnos en su compartir nos ayuda a seguir llevando la verdad bíblica a mas personas y lugares, por esta simple acción Dios se siente agradado, pues estamos formando parte de la gran corriente de bien. El versículo de hoy, nos indica que Salomón estaba tras la alegría, placer y felicidad, en este sentido, existen personas que piensan que primero esta Dios y después ellos, cuestión que es el deber ser. Sin embargo, hay otras personas que al contrario piensan así, primero yo y luego Dios, pero hay una tercera clase de personas que piensa así primero yo, después yo, y nunca Dios. Esta visión de que el individuo es al frente o de que es primero que Dios, es una visión diabólica, por cuanto las personas crean sus propios dioses donde el placer y la felicidad alejados de Dios se convierten el otro dios negativo, las personas obran su vida basadas en el dios negativo si se apartan de la enseñanza bíblica. Salomón quería ser feliz y estar alegre, dejando de lado a Dios y se autodestruyo, por eso no perdamos el orden, tengamos presente primero a Dios, la obediencia a sus mandatos y luego nosotros, recordemos que el personaje principal de nuestra vida es Jesús quien mediante su ejemplo nos llevara al padre. Cuando colocamos las cosas en orden, todo nos sale bien.
OREMOS:
Padre adorado, gracias por todas las bendiciones que nos concedes, permite que podamos aprender cada vez más sobre la obra desarrollada por Jesús, permanece con nosotros y ayúdanos a colocar a Jesús en nuestras vidas, seguir su ejemplo y poder llegar a ti. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen