Juan 13:12-15 ¨ Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.¨
Amados, hoy es un día excelente para continuar ejerciendo nuestra cualidad de siervos obedientes a Dios, de continuar estudiando, reflexionando y poniendo en práctica los mandatos bíblicos. Avancemos paso a paso, sin tanta prisa, lo importante es que todo servicio que hagamos para la obra de Dios, quede bien hecho. Por ahora, compartamos este material, por los medios acostumbrados a fin de aportar a la obra de Dios, nuevos seguidores para Jesús, nuestro salvador. Compartamos con nuestros seres queridos el mensaje.
Jesús había acabado de lavar los pies de sus discípulos como un acto bonito de humanidad, y luego de esta noble iniciativa el dijo estas palabras, que expresa el versículo, el mensaje escondido en todo esto es la necesidad de ser humildes, vivir para servir a nuestros semejantes, no hagamos acepción de personas, no seamos orgullosos, no queramos ser superiores a nadie, tratemos a todo el mundo de manera gentil, y, con amabilidad, vivamos en unidad, porque Cristo nos dio el ejemplo, esa actitud que tuvo no fue casual, el realizo ese acto de manera consciente, con el propósito de darnos una enseñanza, el lavo los pies de sus discípulos a causa de su grandeza, porque los que sirven son los grandes, los grandes tienen el corazón dispuesto a servir a sus semejantes, las personas grandes son humildes, y si comprendemos esto, y lo aplicamos seremos felices, como lo indica el texto bíblico de Juan 13:17. Ser bienaventurado, es ser feliz, que Dios nos bendiga, que comprendamos, y, apliquemos el mensaje de salvación.
OREMOS:
Padre de amor, gracias por tu instrucción amorosa, alabado sea tu nombre, ayúdanos a actuar conforme a tus mandatos, a cumplir tu voluntad, y a progresar cada día para ser mejores siervos. Favorécenos siempre. Peticiones que te hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.