15 de Octubre: Palabras en el Hogar

Efesios 6:4 ¨ Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.¨

 

Amado Dios, gracias por permitirnos estar aquí reunidos todos para analizar tu palabra y las aplicaciones de tus mandatos a nuestras vidas, condúcenos hoy y siempre para tener una mejor vida siendo próximos a ti, para que podamos cumplir fielmente tus mandamientos y llevar tu palabra por el mundo entero ganando almas y que estas caminen en el rumbo a la salvación. Permite Padre que este material sea compartido y pueda llegar a más personas y lugares.

 

 

Dios nos invita a todos a dejar de actuar de manera malintencionada, que los padres sean bondadosos, que expresen palabras bondadosas a sus hijos, que sean agradables, así estaremos cooperando con el propio Dios en el sentido de criar a nuestros hijos por un camino seguro y bendecido, muchas veces una reforma completa es necesaria y eso está correcto, aquellos que no tienen paciencia y gritan, acaban expulsando al Espíritu Santo, y apartando al Espíritu Santo de nosotros, y de nuestra casa y además cuando vivimos en ese ambiente de hostilidad, de pelea, de confusión el Espíritu del Mal se aproxima de nosotros, y de nuestras casas, tanto marido como mujer deben recordar que existen cargas suficientes para llevarse y no requerimos quedar trayendo infelicidad y dejar que se generen desavenencias en nuestras casas, una vez que este mundo es tan difícil y complicado los que dan lugar a pequeñas desavenencias ellos invitan al enemigo de Dios a estar adentro de sus casas, habitando con sus familias, y con certeza ese individuo traerá infelicidad y amargura, además de otras cosas negativas para al final apartarnos de los caminos de Dios, por eso precisamos hacer las cosas correctamente, hablarles bien a todas las personas, brindar un buen ejemplo a todo el prójimo, e indicar con nuestras acciones de bien, que Dios está presente en nuestras vidas. Procedamos conforme a la voluntad de Dios, de esa manera estaremos operando como debe ser.

 

 

 

 

OREMOS:

 

Padre amado, gracias por tus dulces palabras que nos invitan a mejorar en nuestras vidas, queremos ser mejores siervos cada vez, permítenos ir corrigiendo nuestras conductas, manteniendo el enfoque en tu palabras, para agradarte cada vez más. Ampáranos siempre. Son las peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.

 

Amén.

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