Gálatas 4:4 ¨ Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,¨
Amados, precisamos buscar cada día a de Jesús, pues él es el único camino que nos conducirá a Dios, y nuestro Padre Celestial, se agrada al notar que estamos cumpliendo su voluntad. En este ambiente hermoso compartimos una meditación bíblica, pero antes de iniciar, tengamos presente de que es importante desarrollar las prácticas de evangelización, pues en general el prójimo requiere de una palabra de esperanza y de conocer a Jesús para tener una vida mejor.
Había una vez un estimado rey, que prometió visitar un lugar, en la periferia de su reino, los súbditos pasaron a esperar con una intensa expectativa la llegada de este gran monarca, al final el evento seria el clímax en la historia del lugar, mientras tanto el rey, que prefería no marcar una fecha exacta, comenzó a demorar, después de años, muchos pasaron a dudar que verían la cara del rey, aunque algunos creyeran en la promesa, ¿Qué motivos tendría el rey para demorar tanto?, se cuestionaban en el lugar si se debía a motivos históricos, económicos o políticos, mientras otros respondían que el rey no vendría para una visita casual, sino para producir un cambio excelente en aquella ciudad, y en el momento correcto el rey apareció. Así como aconteció en la historia contada, del mismo modo el Señor Jesús, esta demorando para llegar, pero mientras tanto podemos tener certeza de que en el momento preciso el llegara, las circunstancias de la primera venida comprueban que el reloj de Dios funciona, Jesús no vino en un momento casual, la historia comenzó con una catástrofe, tuvo una intervención decisiva, y terminara con la gloria de la restauración total, todo en el tiempo correcto, los factores políticos, históricos, culturales y religiosos, que marcaron la plenitud del tiempo, en la época que vino Cristo, sirven de paralelos para las condiciones actuales, en el momento exacto e ideal, Jesús revelo que es el Señor del tiempo y nos dio la garantía de que el nunca llega tarde, cuando lleguemos a la plenitud del tiempo, nuestro rey aparecerá para cambiar la historia. El tiempo de Dios muchas veces no es nuestro tiempo pero creamos que los planes de Dios son perfectos, podemos seguir confiados en la palabra de Dios, lo que debemos hacer hasta que Cristo venga, es cumplir la voluntad de Dios y estar tranquilos, pues seremos bendecidos.
OREMOS
Amado Padre, gracias por bendecirnos con el conocimiento de tu palabra, gracias por las hermosas maneras en las que te manifiestas en nuestras vidas, continuaremos preparándonos y aguardando tu venida. Ayúdanos siempre. Así pedimos en nombre de Jesucristo.
Amén