15 de Junio: Historia de dos oraciones

Lucas 18:10 ¨ Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. ¨

 

Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, un día más para alabar al Señor de una manera especial, primero meditando en la escritura y luego practicando la voluntad de Dios durante el día, aunque la salvación es individual, el deber ser es que el individuo brinde un buen ejemplo a su prójimo para que siga el camino de la salvación. Compartamos este material.

 

 

En el evangelio de Lucas, el autor, ese médico que escribió el evangelio, él coloca esa historia en un marco contando porque Jesús conto la parábola, así que en este sentido expresa el versículo 9 de este mismo capítulo, lo siguiente: ¨ A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, ¨, la razón por la cual Jesús conto la parábola fue porque el publicano y el fariseo, van al templo a fin de orar, la oración del fariseo es un catálogo de virtudes, primero el fariseo nombro el bien que el hacía, y luego el mal que no hacía, él no estaba mintiendo ni exagerando pero todo eso lo llevo a mirar a los demás con desprecio, eso con un despectivo espíritu de crítica, el publicano o cobrador de impuestos por su parte profirió una corta oración, mientras el fariseo era de esas personas que entraba a la iglesia con porte ostentoso, enviando el mensaje para Dios, ¨Viste Padre como la iglesia quedo iluminada por mi presencia, ahora debes estar presente porque estoy aquí¨, el publicano acurrucado, casi escondido, eran dos personas diferentes, mientras el fariseo estaba muy confiado y orgulloso, el otro el publicano, avergonzado de que el fariseo pertenecía a la nobleza, mientras el publicano pertenecía a la gente común del pueblo, el fariseo decía que él había logrado mucho y se lo merecía, mientras el publicano decía nada he logrado ten piedad de mí. Sin embargo, la mayor diferencia entre el fariseo y el publicano, se centralizaba en el sentido de cada uno para la salvación, fue el fariseo condenado por el bien de la justicia propia, el publicano fue perdonado y justificado porque reconoció que era un pecador merecedor de castigo, para él el pecado no era solo una violación de una ley impersonal, sino más una cuestión de relación con Dios, pero el fariseo  vio al pecado como una serie de acciones, mientras el publicano dijo que el pecado lo había separado de Dios, la parábola termina rápidamente. Lo interesante de todo es que la arrogancia y la autosuficiencia nos separan de Dios. Procedamos siempre con humildad.

 

 

 

 

OREMOS

 

Padre amado, otórganos sabiduría e inteligencia para comportarnos mejor cada vez, que podamos agradarte y ser merecedores de tu bendición continua. Ayúdanos siempre. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo.

 

Amen.

Dejar una contestacion