15 de Enero: Corazón limpio

Salmos 51:10 ¨ Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.¨

 

Amados, tanto los tiempos de crisis, como los tiempos de éxito, inevitablemente van a pasar, ellos no son definitivos, lo único que permanece es la promesa y voluntad de Dios, vamos entonces a atesorarla, a tomarla, a aplicarla en nuestras vidas, para que mejoremos en todo. Compartamos este material con el prójimo, que tanto necesita de una palabra de esperanza.

 

 

El versículo de hoy, forma parte de una gran oración, ese deseo de cambio, y, renovación, es el camino para escribir una historia al lado de Dios, el rey David estaba abriendo su corazón con estas palabras, el tomo decisiones equivocadas, traiciono, mato en nombre de su naturaleza, de su voluntad pecaminosa, pero reconoció su error, se arrepintió, y, clamo a Dios, no debemos huir de las responsabilidades de nuestras elecciones, escuchamos por allí que muchos culpan al diablo de sus pecados, no dejemos la responsabilidad de nuestras elecciones libres sobre el enemigo, es claro que el ofrece, pero la decisión es nuestra, pueden ser diversas luchas las que estemos pasando, o, diversas tentaciones las que hayamos enfrentado, pero si fuera para jugar, juguemos en otra mesa, con la ley de Dios sobre nuestras decisiones, primero seamos francos con nosotros mismos, porque el peor mentiroso es quien cree en su propia mentira, luego debemos posicionarnos ¨Nosotros, somos responsables por nuestras decisiones¨, esa táctica de fuga es vieja, viene desde el Jardín del Edén, y se arrastra hasta los días de hoy, en aquellos tiempos Eva culpo a la serpiente por su error, ella fue tentada, y, presionada, pero ella fue avisada por Dios, sobre el único árbol, del cual ella no debería comer del fruto, ella estaba consciente, la serpiente no decidió por ella, Satanás ofreció, y, Eva cedió, Eva escogió, Adán también comió del fruto, y, el culpo a su esposa, Adán fue tentado, y, presionado, pero el acabo colocando a su esposa en lugar indebido, osea, en el lugar de Dios, Adán no creyó en la providencia de un plan redentor para salvar a su mujer, con miedo, y, sin fe, el escogió errado, es fácil culpar a los demás, pues el carácter es difícil de arreglar, pero la buena noticia es que esa es una de las especialidades de nuestro Dios, el sabe arreglar carácter, el sabe transformar vida, y ayudar a las personas a tomar decisiones correctas, pero Dios no decidirá por nosotros, el murió para asegurar el privilegio de nuestra libertad, pero el puede mostrarnos el camino, en el caso de David, el reconoció sus faltas, se arrepintió, y, anduvo por un nuevo camino, una nueva dirección, quería cambiar, entonces, vamos a tomar decisiones junto al trono de Dios, renovando nuestros corazones, como se expresa en el verso de hoy, escrito por David, como parte de su oración. La victoria es posible si tenemos el coraje, y, determinación que David tuvo de admitir su pecado, y, clamar por el poder de Dios.

 

 

OREMOS:

 

Padre amado, sea glorificado tu nombre porque a pesar de débiles, y, pecadores, somos amados, y, cuando confesamos, y, admitimos nuestros pecados, somos perdonados, y más que eso, tu estas dispuesto a darnos el poder de tener una nueva vida. Favorécenos siempre. Peticiones que hacemos en nombre de Jesús.

 

Amen.

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