La paz del Señor sea con ustedes. Usemos este recurso de la paz, como una huella de que Dios está presente en nuestras vidas, actuemos siempre con paz para alabar a nuestro Padre Celestial y alabarle. Gracias amados, por estar aquí reunidos, verdaderamente el estudio constante de la carta de amor, contenida en la biblia e inspirada por Dios, nos permite perfeccionar cada vez más nuestra andanza por la luz del mundo, que es Jesús, y que constituye el único camino para llegar al Padre. Aprovechemos estos momentos, y practiquemos la enseñanza que Jesús dio en Mateo 6:33.
Hoy nuestra atención será llevada al texto bíblico siguiente: Apocalipsis 1:5
¨ y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, ¨
Esta verso trae un mensaje especial para nosotros, quien escribió este libro fue Juan, el discípulo amado, y aquí él está diciendo que Cristo es aquel que nos ama y que por su sangre, nos libero de nuestros pecados, mediante el sacrificio de la cruz, Jesús vivió nuestra muerte, para que tuviéremos vida. Y lo que llevo a Jesús a dar su vida por nosotros fue el amor, Juan es conocido como el discípulo del amor, y aquí en el libro de Apocalipsis, Juan nos recuerda que Jesús nos ama, ese Cristo nos ama de una manera especial, en la lengua de aquellos tiempos existían muchas expresiones para referirse a amor, pero en algunos de sus escritos Juan no encontró la palabra que definiría al amor de Dios, es por eso que cuando escribió: «Dios amó al mundo de tal manera…» cuando escribe » DE TAL MANERA». Es un modo intenso de amar, que lo llevo a la cruz por todos nosotros. La muerte de Cristo en la cruz nos liberó de nuestros pecados, según Juan en el texto objeto de reflexión, ósea, todos los pecados que cometemos pueden ser perdonados por la sangre de Cristo, el alcanzo nuestro derecho a ser perdonados y nuestro derecho de vida eterna, por eso siempre valoremos este sacrificio. Dios nos ama como un Padre, así se expresa en la parábola del hijo prodigo, y la parte mas bella de la historia es que el padre de la parábola, avisto al hijo cuando el hijo venia lejos andando, y si el padre veía al hijo aun estando lejos, significo que el padre nunca dejo de ver al hijo, y pensaba: «un día mi hijo regresa». Así actúa Dios, quien espera que siempre regresemos a los brazos de él. Siempre tengamos la certeza de que somos amados y precisamos actuar bien para corresponder a ese amor.
OREMOS:
Padre querido, otórganos un día bendecido, que hoy sea ese día y que se extienda cada día, queremos actuar conforme a tu voluntad y corresponder a ese gran amor que tienes por nosotros. Ayúdanos siempre. Así pedimos en nombre de Jesucristo.
Amén