Génesis 19:26 “Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal. “
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, en estos tiempos agitados de pandemias, guerras y diversos disturbios, notamos que se presentan señales de los últimos días, precisamos ahora mismo emprender nuestro camino en búsqueda de Dios, caminemos de la mano de Jesús para llegar al Padre, cumplamos sus mandatos y bendiciones se presentarán en nuestras vidas. Compartamos este material, para llevar el mensaje esperanzador a tanas almas que se encuentran perdidas en este momento.
El personaje bíblico que vamos a analizar el día de hoy, se llama Lot, recordemos que un acontecimiento importante de su vida se encuentra marcado en la biblia, dentro de la historia de la destrucción de Sodoma y Gomorra, cuando se le aparecieron unos ángeles y le informaron que debía marcharse del lugar con su familia, dejándolo todo atrás y sin voltear la mirada, porque si así lo hacía, se convertiría en estatua de piedra. Aconteció que Lot y su familia salieron rumbo a completar el escape de Sodoma y Gomorra, pero la mujer de Lot, miro hacia atrás, y quedo convertida en estatua de sal. Esta historia, nos trae dos grandes enseñanzas, la primera que debemos confiar y obedecer completamente el mandato de Dios, cumplir su voluntad como el lo ha previsto, porque el quiere buenas cosas para nosotros, el desea darnos abundante vida en óptimas condiciones, para disfrutar nuestra estancia. La segunda enseñanza, es que cuando desobedecemos el mandato de Dios podemos indudablemente exponernos a caer en resultados amargos, consecuencias devastadoras, las cuales no merecen ser vividas, por eso es necesario obedecer a Dios, y seguir su voluntad para alcanzar éxito, obtener la victoria en todos nuestros actos y glorificar a Dios con tales resultados de bendición, que además de beneficiarnos a nosotros, beneficiarán a aquellos individuos que están a nuestro alrededor, y esa cadena de bendición es la que debe proliferar para mostrar que Dios está en nuestras vidas. Entonces, si cumplimos su voluntad, seguramente la bendición se va a manifestar.
OREMOS:
Padre querido, colocamos nuestras vidas en tus manos y te pedimos que nos orientes hacia el cumplimiento de tu voluntad, queremos ser siervos merecedores de tus dadivas y agradarte con nuestras acciones. Contribuye con nosotros siempre. Es nuestra oración hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.